ChatGPT y su relación con las bibliotecarias… de cualquier ámbito


La semana pasada salió a la luz la herramienta ChatGPT creada por OpenAI. El acceso, de momento, es gratuito: sólo requiere registrarse y lo podéis hacer desde este enlace: chatGPT. Pero antes de empezar a jugar o cacharrear con la herramienta deja que te cuente algunas cosas que te pueden resultar de utilidad.

Te explico qué es: es un sistema conversacional basado en inteligencia artificial. Tú preguntas y el sistema responde. Pero que responda no significa que razone ni que haga cálculos ni que aprenda de tus respuestas. Es decir, es un modelo entrenado con un corpus extensísimo y en varios idiomas. Eso significa que «sabe» o «conoce» sobre todo lo que se le ha enseñado previamente. Según dice OpenAI, el corpus de entrenamiento tiene información hasta 2021. Pensemos en una persona que es capaz de aprenderse todo el texto de una enciclopedia. Cuando tú le preguntas algo y él tiene la información previamente guardada en su memoria, la saca y te la ofrece. Al mismo tiempo, si le preguntas algo que no sabe lo más seguro es que se invente la respuesta en base a su conocimiento adquirido previamente. En el caso de este sistema, un algoritmo decidirá qué palabra es la más probable que aparezca tras otra, y todo basado en los textos que ya tiene, así que la respuesta estará bien construida y será creíble. Pero no tiene por qué ser real. Si el interlocutor avisa de que esa respuesta es errónea, el sistema se disculpará y creará otra respuesta.

Ayer estuve probando ChatGPT y le pedí que me contara qué opinaba sobre la mala ciencia generada por las revistas depredadoras. Aquí podéis ver la primera respuesta:

Pregunto a ChatGPT qué piensa sobre la mala ciencia generada por las revistas depredadoras.

Luego le pregunté qué eran las revistas depredadoras:

Una de las respuestas sobre qué son las revistas depredadoras.

Le pedí una segunda respuesta a la misma pregunta:

Una de las respuestas sobre qué son revistas depredadoras.

Como veis, las respuestas son básicamente iguales. Todas las respuestas comienzan parafraseando la pregunta, que es el pie para empezar a contestar, y terminan con un resumen. Aquí es fácil distinguir que esta información la ha «leído» previamente, estaba entre ese corpus de entrenamiento, así que las respuestas siempre variarán sobre lo mismo.

Pero ¿qué pasa si le hacemos una pregunta sobre algo que no ha leído? Atentos a la pregunta y a la respuesta que da:

Le pido que multiplique 1325 por 72 y me da una respuesta errónea diciendo que el resultado es 962400.

La respuesta que da es errónea, ya que el resultado de multiplicar 1325 por 72 es 95400. Lo que sí ha entendido es que se encuentra ante una multiplicación y sabe teóricamente cómo se multiplica, aunque realmente no sabe hacerlo. Ni puede. Pero la respuesta es categórica, rotunda. Si una persona no sabe multiplicar y lee esta respuesta probablemente la dé por buena.

¿A qué quiero llegar con todo esto? A que este tipo de herramientas a día de hoy (principios de diciembre de 2022) nos puede servir para apoyarnos a la hora de desarrollar un texto, un índice para preparar un trabajo o preguntar por ideas de marketing, por ejemplo. Pero también, a día de hoy, todavía es fácil que nos devuelva textos con información falsa pero presentada de manera firme y que puede confundirnos. Ojo, a día de hoy. Esto va tan rápido que puede que en un mes haya cambiado todo.

Nuestro papel como especialistas en información, da igual el campo de estudio, es poder ofrecer información fiable y relevante en todo momento. Parte de nuestro trabajo es ayudar a confirmar si la información que leemos o nos llega es real o inventada. Y aquí, por ahora, se nos abre un abanico importante donde podemos ofrecer las fuentes fidedignas. Porque sí, también le pregunté a ChatGPT si me podía dar las fuentes de la información que me ofrecía:

Le pregunto si puede dar crédito o citar las fuentes que usa. Me dice que no, que está entrenado para ofrecer respuestas como si fuera un humano en base a los textos con los que ha sido entrenado.

Así que nuestro papel como bibliotecarias se puede dividir en dos: por un lado, conocer cómo funcionan estas herramientas para poder explicar a nuestros usuarios en qué aspectos de su trabajo les puede ser útil usarlas, y sobre todo a distinguir el tipo de información que están recibiendo. Por otro lado, como gestoras de información deberíamos aprender a usar estas herramientas: creando preguntas precisas (generando prompts adecuados) recibiremos mejores respuestas. Pero también tenemos que aprender a filtrar esas respuestas y saber cuáles pueden tener un error (como en el caso de la operación matemática) o cuáles podrían ser correctas.

Recuerda: usa Google y ChatGPT, pero consulta también con tu bibliotecaria (humana) de cabecera. Estamos para ayudarte y para darte la respuesta correcta (y apoyada en bibliografía, por si lo quieres comprobar tú).

Le pregunto a ChatGPT cuál es su corpus y me responde que millones de documentos.

Por los bibliotecarios especializados en Ciencias de la Salud.


Llevo tiempo con ganas de escribir esta entrada, pero no encontraba tiempo para sentarme tranquilamente a escribir.

En la entrada anterior os comenté que los bibliotecarios españoles de Ciencias de la Salud nos habíamos reunido y organizado para colaborar entre nosotros y ayudar así a nuestros usuarios. Queríamos optimizar el tiempo, ahorrar esfuerzos y mejorar los resultados de nuestro trabajo. Muchas bibliotecas de hospital cuentan con una sola persona al cargo. Algunos hospitales, por ejemplo La Princesa (Madrid) o el Universitario de Salamanca, han perdido a la bibliotecaria que tenían en plantilla y ahora no tienen especialistas que den un servicio de calidad a los trabajadores de estos hospitales. También hay hospitales que nunca han tenido biblioteca médica, como es el caso de muchos hospitales privados. Incluso algunas bibliotecarias tienen que dar servicio en más de una biblioteca de hospital. Resumiendo: si normalmente el volumen de trabajo da para no quedarte dormido en los laureles, suponíamos -con bastante acierto- que la situación provocada por el COVID-19 nos traería mucho más trabajo. Y que no sólo nuestros usuarios tendrían necesidad de localizar información fiable, también los usuarios de estos hospitales que no tienen biblioteca, o incluso población en general.

Como sabéis por las entradas que he ido publicando a lo largo de los años o por algunos de mis tuits, las bibliotecarias (o documentalistas) especializadas en Ciencias de la Salud nos dedicamos a muchas y variadas tareas, desde la búsqueda en diferentes bases de datos para localizar literatura científica, ayuda a los investigadores para entender y navegar por los mares de las acreditaciones, apoyo a los autores que quieren publicar (adecuación del manuscrito, revisión de las citas y bibliografía, localización de revistas donde publicar, explicar en qué consiste el Open Access y qué son las revistas depredadoras, los APC y los repositorios, etc.), formación especializada… En la mayoría de los casos ahorramos mucho tiempo a los usuarios. Tiempo que estos sanitarios dedican a atender a los pacientes, a investigar o a publicar. Y ese tiempo que el profesional sanitario no dedica a buscar información, es dinero que le está ahorrando a su empleador, ya que lo invierte en lo que realmente sabe hacer y no en algo que puede hacer otro profesional, en este caso un bibliotecario o documentalista. Me gusta explicar esto porque a veces hay gente que me dice que no somos necesarios, que los profesionales sanitarios pueden hacer ellos mismos las búsquedas, por ejemplo. Sí. Tienen toda la razón. Y también pueden limpiar el quirófano antes de cada operación. Y atender las llamadas de los pacientes y llevar la agenda de citas. No es que no sepan, es que hay otros profesionales mejor formados para hacer esas otras tareas. Y entre todos, cada uno haciendo su trabajo, mejoramos los resultados en conjunto.

Durante el estado de emergencia generado por el COVID-19 los bibliotecarios que estamos trabajando en equipo estamos dando servicio a nuestros usuarios compartiendo el conocimiento que tenemos entre nosotros y evitando reinventar la rueda si algo ya lo había hecho otro compañero. Pero hemos ayudado también a los usuarios huérfanos de bibliotecas que no tenían a un profesional de la información a quien acudir. Hemos querido ayudar, apoyar y ahorrar tiempo a los profesionales que estaban atendiéndonos a nosotros, los pacientes.

Genially creado por Concha Campos

Os decía al principio que creamos un grupo de Whatsapp que sirviera de medio de comunicación rápido entre nosotros. También tenemos un espacio en Google Drive donde hemos organizado en carpetas por temas y/o especialidades toda la información que vamos localizando. Algunos archivos pueden ir en varias carpetas, así que se duplican. Al principio compartimos estas carpetas con los profesionales, pero nos dimos cuenta de que algunos archivos desaparecían y otros se duplicaban en la misma carpeta, así que decidimos cerrar ese acceso y ofrecer la información de manera abierta a través de una web. Creamos un site de Google donde se pueden consultar todos los documentos. En este momento nos encontramos en fase de unificar títulos y crear las bibliografías de cada apartado para facilitar su consulta y que quienes vayan a utilizar los documentos puedan citarlos de forma apropiada. Tenemos también una cuenta en Gmail para recibir las dudas y peticiones de información. Y el hashtag que desde el primer día usamos en twitter: #AyudaBiblioteca y #JuntosParaAyudarte

La coordinación del grupo es bastante horizontal. No hay nadie en especial que lidere y todos participamos en la medida en que nuestro trabajo diario, obligaciones familiares y estado anímico nos lo permiten. Unos días unos están más que otros y otros días es al revés. Las dudas sobre organización del material, cómo contestar una pregunta llegada al grupo o dónde localizar información se hace desde el Whatsapp. Tenemos respeto, coordinación, camaradería, ayuda y buen humor. Ha sido un movimiento de nacimiento espontáneo y por ahora no nos hemos planteado qué pasará cuando termine esta pandemia. Pero nos está sirviendo para ver nuevas formas de trabajo, nuevas herramientas colaborativas, compañeros que hasta ahora no conocíamos. Hoy, con este post, quiero dar las gracias y mostrar mi admiración y respeto por mis colegas de profesión. Encontrarte gente así hace que me guste, aún más si cabe, mi trabajo.

#Covid19 #AyudaBiblioteca


Ya hace más de una semana que estamos en cuarentena. Esta misma semana, los bibliotecarios de Ciencias de la Salud de España (bibliotecarios de hospital, de universidades, de colegios oficiales, de sociedades científicas…) nos reunimos virtualmente para buscar formas de colaborar juntos y dar servicio a nuestros usuarios y a la población en general. En esta reunión virtual decidimos crear un grupo de whatsapp para comunicarnos más rápidamente y una carpeta en Drive donde subir documentación y trabajo interno.

La idea es optimizar el trabajo, sobre todo la localización de información fiable, porque supusimos -y acertamos- que íbamos a recibir peticiones muy similares por parte de nuestros usuarios. Entre todos, más de 70 participantes, hemos creado varios documentos de trabajo interno donde vamos recogiendo diferentes estrategias de búsqueda sobre el COVID-19 relacionado con otras patologías o temáticas.

En twitter hemos creado el hashtag #AyudaBiblioteca para poder seguir las consultas que nos hacen y poder dar respuesta unificada.

En definitiva: las bibliotecas de vuestros centros son importantes. Muchas veces pasamos desapercibidos, pero estamos dando apoyo constante, ahorrando tiempo de búsquedas para que nuestros sanitarios se puedan dedicar a lo realmente importante: cuidar de la población. Entre todos, personal de limpieza, restauración, logística, bibliotecas, etc. queremos y estamos para dar cobertura a nuestros sanitarios. Hacemos nuestro trabajo para que ellos se puedan centrar en el suyo.

Parafraseando Amanece que no es poco: «Todos somos contingentes, pero nuestra Salud Pública es necesaria».

Los primeros cambios de PubMed ya están aquí


Hace unos meses que sabíamos que PubMed cambiaría de interfaz y modificaría un poco su funcionamiento interno. A través de algunos webinars con la NLM y de los cambios que nos mostraban a través de PubMed Labs ya sabíamos cómo iba ser el diseño.

Avisaron de que en septiembre abrirían el nuevo PubMed y que éste estaría conviviendo con el antiguo hasta diciembre, fecha en que la nueva interfaz sería la visible por defecto. Pues bien, los cambios ya están aquí y casi sin previo aviso.

Todas las bibliotecarias sabemos que si hay un cambio en PubMed, éste ocurre el día antes de una formación. En mi caso ha sido «durante» la formación. No he podido explicar mucho y he tenido que esperar a llegar a casa para poder trastear un poco los cambios. Aquí va la primera impresión, pero tened en cuenta que no será hasta enero que los cambios se hagan realidad, y será en primavera cuando los cambios sean definitivos.

Como veis, en la nueva interfaz tenemos un cuadro de búsqueda que gana protagonismo. A simple vista es un estilo más moderno y más limpio que invita a buscar (en mi opinión al «estilo Google»). Voy a lanzar la misma búsqueda al mismo tiempo en ambos modelos y así podemos ir viendo las diferencias. Escribo en ambos campos de búsqueda diabetes mellitus type 2. Sin comillas y sin nada:

La primera diferencia es el número de resultados. En el antiguo PubMed (a partir de ahora Antiguo) tenemos 142751 registros frente a 142781 del nuevo PubMed (a partir de ahora Nuevo). Aunque podríamos pensar que es por la ordenación (en el Antiguo la ordenación por defecto es Most Recent, mientras que en el nuevo la ordenación por defecto es Best Match), al cambiar la ordenación del Antiguo me recupera 142766, número que tampoco concuerda con el Nuevo. Modificar la ordenación en Nuevo no influye sobre el número de resultados, que sigue siendo 142781 independientemente de si mostramos por Best Match o Most Recent. Tened esto en cuenta de cara a actualizaciones de búsquedas bibliográficas, revisiones sistemáticas, etc.

Otra diferencia es el formato de salida. En ambos por defecto se muestran los registros en formato summary, pero en el Nuevo el formato Summary muestra las primeras líneas del resumen, mientras que el formato Summary del Antiguo era sólo el título del artículo, autores, la referencia y los identificadores y enlace a artículos similares. En el Nuevo tenemos también el título, los autores (pero sólo muestra uno ó dos. Si el artículo tiene más de tres autores muestra el primero seguido de et al.), revista abreviada, año de publicación, pmid, y luego ya el inicio del resumen. Finalmente, en vez del enlace a artículos similares tenemos un enlace para ver la cita en diferentes formatos, descargarlo en .ris o copiarlo en el portapapeles. También un botón para compartir en Twitter, Facebook o copiar la url permanente de la referencia.

Más diferencias: El enlace Send to del Antiguo se convierte en dos botones visibles en Nuevo: Save, que permite guardar las referencias de esa página (o todas o una selección) en formato Summary, Ris, Abstract o CSV; otro botón Email que permite enviar por correo también una selección de registros de los resultados en formato Summary o Abstract. Para enviar los resultados al Clipboard o My Bibliography o a Collections tenemos que pinchar en el botón con 3 puntitos.

Otra diferencia es el número de resultados que se muestran por defecto en cada página. En el Antiguo se mostraban 20 por defecto, pudiendo variar este número en la opción Per Page, teniendo justo al lado la posibilidad de saltar de una página a otra. En el Nuevo, la opción por defecto es de 10 registros por página y sólo al llegar al final de la página tenemos la opción de pinchar en el botón de Show more para ver los siguientes 10 registros o saltar a una página concreta. Si, por ejemplo, saltamos a la página 8 llegaremos al registro 80 y si queremos ver los anteriores tendremos que navegar de 10 en 10 o volver a elegir el número de página para saltar directamente.

Toda la información del menú lateral derecho del Antiguo desaparece en el Nuevo. Sólo se mantiene el gráfico de Results by year, que en el Nuevo se muestra sólo en la primera página y en la parte superior izquierda de la pantalla, justo sobre los filtros. Un apartado que echo mucho de menos (puede que lo encuentre más adelante, ya que estoy escribiendo el post al mismo tiempo que compruebo los cambios) es el apartado de información de las búsquedas Search Details: cómo Pubmed traduce la estrategia de búsqueda que le hemos lanzado. En el Antiguo se encontraba en el menú lateral derecho. En el Antiguo se encontraba también un apartado con las imágenes que Pubmed había encontrado en PMC sobre el tema de búsqueda. El enlace a gestión de filtros personalizados del Antiguo pasa al Nuevo con el nombre de MyNCBI Filters en la parte superior del menú lateral izquierdo.

Visualización de un registro concreto

Si quisiéramos ver un registro concreto en el Nuevo deberemos pinchar en el título del artículo. Aquí ya vemos la referencia completa del artículo en la revista, todos los autores y podemos expandir para ver su afiliación. También nos muestra el pmid y añade el DOI que en la vista anterior no estaba. Los artículos similares que se perdían en la página de resultados se recuperan aquí justo después del resumen. A la derecha tenemos un menú con los enlaces al texto completo del artículo en fuentes externas, la posibilidad -de nuevo- de ver la referencia en diferentes estilos de citación, nos ofrece una nueva posibilidad: guardar el artículo como favorito (realmente es una colección privada con ese nombre), la opción de compartir el registro en redes sociales y una opción interesante: navegar para ir directamente a las partes interesantes del registro: título y autores; resumen; artículos similares; citado por; tipo de publicación; descriptores Mesh; LinkOut y más recursos. Al final de la página podemos navegar al registro anterior y al siguiente sin necesidad de volver a la página general de resultados.

Búsqueda Avanzada

Llegamos a la parte interesante (además de la diferencia de resultados, que necesito saber qué ha cambiado en el algoritmo de búsqueda de Pubmed para que el número de resultados sea diferente con los mismos datos de partida)

A simple vista, el nuevo diseño es más moderno y parece que más limpio. El orden del historial se invierte, colocando las nuevas consultas al final de la línea, en contraposición al historial del Antiguo que iba colocando las nuevas consultas en la primera línea.

La Query Box, que en el Antiguo estaba en la parte superior, ahora se coloca justo debajo del constructor de búsquedas. Visualmente tiene más sentido. En principio la construcción de queries es igual que antes. En el desplegable se selecciona el campo donde queremos hacer la búsqueda y en el cuadro de texto se escribe el término que queremos buscar. Por ejemplo busco en título/resumen la palabra hypertension y pincho en Show Index para ver cuántos registros existen con esa palabra en esos campos. Oh, sorpresa, no coinciden. En el Antiguo veo que hay 376676 registros mientras que en el Nuevo hay 379812. El segundo término tampoco coincide, así que empiezo a pensar que se han ampliado los campos de búsqueda en el Nuevo Pubmed. Si os fijáis en la segunda imagen, una vez que he lanzado la primera query, en el Nuevo se pinta esa query en la Query box, y se limpia el primer cuadro de texto, mientras que en el Antiguo se sumaba una nueva línea de cuadro de texto al mismo tiempo que se pintaba la query en la Query box. Personalmente este nuevo diseño me gusta más.

El botón Search del Nuevo lanza directamente la estrategia para ver los resultados, pero también nos permite enviar la estrategia al historial con el desplegable que nos ofrece el botón. Veamos el historial de búsqueda en el Nuevo:

Si os fijáis, un poco más arriba os comentaba que ya no teníamos el apartado de Search Details en el menú lateral derecho. Ahora se encuentra integrado en el historial. Para ver la traducción que hace Pubmed de cada estrategia tendremos que desplegar el apartado Details. Ahí vemos cómo mi estrategia diabetes mellitus type 2 la ha traducido como «diabetes mellitus, type 2″[MeSH Terms] OR «type 2 diabetes mellitus»[All Fields] OR «diabetes mellitus type 2″[All Fields]. Es la misma traducción que hace en el Antiguo. Los tres puntitos que se ven justo debajo de Actions permiten añadir esta estrategia a la caja de búsquedas con AND, OR, NOT, permite eliminarla del historial o guardarla en MyNCBI.

Hagamos una búsqueda buscando por descriptor Mesh

Si os acordáis, en el Antiguo se podía acceder a Mesh desde la búsqueda avanzada pinchando en la parte superior: More resources -> Mesh Database. Esta opción ha desaparecido en la búsqueda avanzada del Nuevo. Se puede seleccionar el campo MeSH Terms del desplegable, pero yo quiero poder buscar en el Mesh y ver la información del descriptor. Para esto tengo que volver a la home de Pubmed y buscar el enlace a Mesh Database, situado más o menos en el mismo lugar que en el Antiguo (listado de enlaces en la parte derecha de la pantalla):

La búsqueda por Mesh no ha cambiado, así que hacemos la búsqueda de la forma habitual. Compruebo que recuerda desde dónde he llegado y al lanzar la búsqueda del descriptor en Pubmed me devuelve a la interfaz anterior (Antiguo o Nuevo dependiendo desde dónde hubiera llegado). El número de resultados es el mismo, claro que aquí no hay misterio: sólo me va a mostrar los registros que tienen el descriptor Mesh indicado, no puede variar el número porque no es una búsqueda subjetiva.

Vamos a crear una alerta

En ambos casos nos pide que nos registremos en MyNCBI para poder crear una alerta. Una vez que hayamos accedido, los campos son los mismos, aunque el diseño es diferente:

Haber accedido al perfil personal de MyNCBI nos permite ver también los filtros personalizados que tenemos activos. En el Antiguo se encontraban en la parte superior del menú lateral derecho. Ahora los tenemos en la parte superior del menú lateral izquierdo, sobre los filtros por defecto de Pubmed.

Como veis, es un gran cambio de diseño, pero por los resultados de la búsqueda usando texto libre hay diferencias de resultados. Algunos detalles de diseño me gustan en el Nuevo, pero echo de menos algunas características del Antiguo. Aún siguen haciendo cambios y puede que reviertan decisiones o que hagan más cambios. Si os fijáis, al final de cada ventana, en la parte derecha, hay un botón verde para enviar Feedback. Usadlo sin temor.

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/

Search-a-Thon


Searchathon

Search-a-Thon es el último proyecto en el que me he embarcado. El año pasado empecé a acudir como voluntaria a varios de los hackathones organizados por HackathonLovers. Tras ver cómo funcionaban, decidí, animada por una amiga, intentar hacer algo parecido pero enfocado en mi trabajo. En marzo-abril empecé a darle forma, contactar con posibles colaboradores, buscar patrocinios, preparar la web y en septiembre lo hice público.

¿En qué consiste?

Un hackathon es un evento lúdico y competitivo donde se propone un problema que ha de resolverse por equipos en un periodo de tiempo corto (entre uno y dos días normalmente). En los hackathon el problema se suele resolver con el desarrollo de una aplicación, una web, un algoritmo o un prototipo. La premisa me venía muy bien porque esto es, precisamente, lo que hacemos en una investigación: hay un problema y hay que resolverlo.

Por otro lado, otra de las tareas que hago como bibliotecaria/documentalista especializada en Ciencias de la Salud es la formación de personal sanitario en búsquedas bibliográficas y en gestores de referencias (entre otras cosas).

Así, con la idea del hackathon y con la de las formaciones, decidí unirlas y crear un evento en el que se dieran las dos cosas. El nombre era fácil: search (buscar)-athon (como terminación de marathon). La iniciativa era buena y no me costó conseguir que otros colegas y amigos se unieran a colaborar.

Pero, ¿en qué consiste? Bien, el Search-a-Thon tendrá lugar durante un sábado y parte de un domingo en Madrid (16 y 17 de noviembre de 2019). El sábado comenzaremos con varias charlas y talleres relacionados con la metodología de la investigación, las búsquedas bibliográficas y los gestores de referencias.

Luego formaremos equipos, un máximo de 5 componentes por equipos aunque lo ideal es que sean 4. Estos equipos se intentará que sean multidisciplinares porque en la diversidad es donde encontramos la excelencia. Para mí, el equipo ideal debería contar con perfiles diferentes (medicina, enfermería, bibliotecas, investigación, biología, etc. también estudiantes de cualquier rama biosanitaria) para que los conocimientos de todos se complementen entre sí. Una vez que los equipos estén formados lanzaremos una pregunta o un caso clínico o de intervención. Cada equipo tendrá que desarrollar la estrategia de búsqueda para MedLine (a través de PubMed, por ejemplo), en EMBASE y en Cochrane, descargar los resultados a un gestor de referencias (Zotero o Mendeley) y entregar al jurado una plantilla -las daremos nosotros- con el informe de búsqueda. Durante este tiempo, los mentores estarán dando apoyo a los participantes, resolviendo dudas y guiando. Recordad que el fin último es el aprendizaje, aunque tenga un punto de competición también.

¿Cómo participar?

Es necesario inscribirse y adquirir las entradas. De todas formas en nuestra web tienes toda la información:

Compra tus entradas

Si quieres colaborar pero no puedes participar, se han dejado también unas entradas de donación que ayudarán a llevar a cabo el evento. Contamos con tres patrocinadores pero no nos cubren todos los gastos, así que cualquier ayuda es bienvenida :)

¿Dudas o preguntas?

Puedes escribirnos un correo a info@searchathon.es o darte de alta en nuestra newsletter desde http://searchathon.es

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La sugerencia de envío de manuscritos a revistas hermanas


Hoy os traigo un post para plantear una cuestión. De un tiempo a esta parte está aumentando el número de revistas que yo llamo «hermanas». Muchas revistas indexadas en JCR, con su cuartil y su factor de impacto, tienen revistas de temática similar que normalmente son Open Access (OA) o aceptan la publicación en OA, pero no están indexadas.

Es posible que os haya pasado que al recibir una negativa de publicación en una de estas revistas indexadas, el mismo editor os sugiera la publicación en otra de sus revistas, de la misma especialidad, nombre parecido en muchos casos, pero que no está indexada. Y aquí surge la duda: tus revisores me han rechazado el manuscrito en tu revista indexada pero me estás diciendo que me lo vas a publicar en tu revista «hermana». Puede que sea OA, así que además deberé pagar por los APC (Article Processing Charge). No sabemos si la intención de estos editores es alimentar estas revistas de cara al Plan S (en el caso de que sean revistas totalmente Open Access), si quieren llevarse el artículo a su negociado quizás para empezar a alimentar una revista OA que puede llegar a posicionarse por citas (no es lo suficientemente bueno o impactante como para publicarlo en la revista principal, pero tampoco es lo suficientemente malo como para preferir que lo publique otra editorial).

Y aquí surge la duda: investigadores y autores que quieren publicar los resultados de sus investigaciones y observaciones, pero que al mismo tiempo se sienten apurados por la presión de tener que publicar en revistas indexadas y a ser posible con alto factor de impacto, ya sea para una acreditación ANECA (en España) o consecución de fondos o becas para seguir investigando y publicando.

¿No es hora de empezar a evaluar a los autores por sus trabajos y no por la revista en la que se publican? ¿Será el Plan S una solución a pesar de todos los flecos que parece que tiene? ¿Qué alternativas ofrecerán las editoriales que ahora están tan a gusto con su modelo de negocio? Está claro que se avecinan grandes cambios, pero hasta que lleguen: ¿cuál es la mejor opción?

Libro blanco sobre las partes interesadas en Open Access


La International Society for Medical Publication Professionals publicó hace poco el libro blanco sobre las partes interesadas en Open Access, sobre todo de cara al Plan S que entrará en vigor próximamente. El libro está en inglés pero es fácil de leer:

Zotero te indica los artículos retractados


Zotero

Zotero es el gestor de referencias que enseño en mis formaciones a profesionales sanitarios (y últimamente también a no sanitarios). Es una herramienta open source y gratuita, muy versátil, intuitiva y tan útil que una vez que empiezas a usarla no sabes cómo has vivido hasta ese momento sin ella. No exagero.

Zotero suele ir incluyendo actualizaciones y características relativamente a menudo. La última se anunció ayer 14 de junio y hoy ya está funcionando. Si ya usas Zotero sólo tienes que actualizar a la última versión.

Retraction Watch es la mayor base de datos de artículos retractados, correcciones y expresiones de preocupación (expression of concern). Puede que alguno se pregunte por qué los artículos retractados siguen estando disponibles. Primero porque son parte de la historia de la Medicina, también porque sirven como prueba de que hay algo que está mal, se ha comprobado y se ha corregido. Además es casi imposible eliminar estos artículos. Pensad en aquellos que se hayan publicado en revisas en papel o los que ya hayan sido descargados como copia local en pdf. ¿Y si además ya han sido citados en otros trabajos?

Y ahí está el gran problema: citar trabajos que han sido retractados. ¿Cómo podemos saber que tienen una enmienda o han sido retractados? En Pubmed ya aparecen estos artículos marcados para que al localizarlos no tengas ninguna duda (en septiembre de 2018 me encontré mi primer aviso de este tipo en Pubmed):

Pero puede que Pubmed no sea tu fuente de búsqueda, sino otra base de datos o la propia revista. Consultar Retraction Watch para cada una de tus referencias puede ser eterno si lo haces, por ejemplo, para tu tesis. Con Zotero ahora todo es más fácil: han llegado a un acuerdo con Retraction Watch, de manera que cada vez que guardas una referencia de un artículo retractado, Zotero te avisa poniendo una X delante. Si esa cita la incluiste antes de que el artículo fuera retractado, al actualizar Zotero se actualizará también la información y aparecerá la alerta:

Así muestra Zotero los artículos retractados

Y también te avisará cuando vayas a incluir una cita en tu documento y la cita pertenezca a un artículo retractado:

Resumiendo, si aún no usáis Zotero como vuestro gestor de referencias de cabecera, estáis tardando. La descarga es gratuita:

http://zotero.org
http://zotero.org
http://zotero.org

#20 post invitado: Sci-Hub en las bibliotecas


En el post invitado de hoy participa Elena Pastor, documentalista especializada en Ciencias de la Salud que actualmente trabaja como bibliotecaria en Bibliosalut.com y es parte del grupo de trabajo del canal de Telegram Investiga, que algo queda. Elena, como todas las bibliotecarias del sector, vemos cómo muchos de nuestros usuarios hacen un uso indiscriminado de la web sci-hub, sin saber muy bien en qué consiste, cómo funciona o quién está detrás. En el post de hoy Elena Pastor nos habla de esta web:

Si consultamos la Wikipedia podemos ver que

Sci-hub es un repositorio y página web de más de 62 millones de artículos académicos. Fue fundado por Alexandra Elbakyan, de Kazajistán, el 5 de septiembre del 2011, como reacción contra el alto coste de compra de los artículos académicos.

La propia creadora de esta web, Alexandra Elbakyan, como investigadora de un país emergente como es Kazajistán, no podía acceder a los artículos que necesitaba para sus trabajos, seguramente por falta de medios de su centro, y debido a los precios de los artículos no podía asumir su compra personalmente. Es en ese momento cuando decide crear una web que se saltase los paywall y así poder dar acceso a todo el contenido científico a otros investigadores que, igual que ella, contaban con un acceso limitado a los recursos. Entonces, ¿en qué momento se pervirtió este sistema que ofrecía una visión tan ideal? Pues cuando los profesionales de los países occidentales, los cuales sí podían acceder a los artículos porque sus bibliotecas pagan suscripciones y en muchos casos sí podían asumir la compra personalmente, empezaron a utilizarlo.

Desde hace un tiempo el uso de Sci-Hub por parte de los usuarios lleva por la calle de la amargura a las documentalistas de bibliotecas especializadas porque no les llegamos a hacer entender que no hace falta piratear para poder conseguir los artículos. Tenemos un sistema de préstamo interbibliotecario a nivel español que funciona perfectamente, podríamos decir que es una rueda muy bien engrasada. Además, en algunas bibliotecas, entre ellas Bibliosalut.com, podemos solicitar artículos a otros consorcios europeos como el italiano NILDE o el alemán SUBITO, así que difícilmente damos respuesta negativa a las peticiones: en nuestra biblioteca servimos a nuestros usuarios el 94% de las peticiones totales, durante 2018 sólo un 4,89% fue imposible encontrarlas en otras bibliotecas españolas o europeas.

Muchos de estos usuarios ni siquiera saben cómo funciona Sci-Hub. Este repositorio se nutre de los contenidos que suscriben las bibliotecas, especialmente las universitarias. Colaboradores de este repositorio acceden a las publicaciones a través de las bibliotecas de las universidades y descargan en sus servidores el máximo número de referencias, creando un problema a estos centros porque los proveedores detectan un uso inadecuado de los recursos y cortan esa suscripción, por lo que los investigadores de esa universidad ya no puede acceder. Paradójicamente, muchos acabarán entrando a Sci-Hub para acceder a las referencias a las que tenían acceso antes del pirateo.

Cuando pregunto a los usuarios si conocen cómo consigue Sci-Hub los artículos no lo saben; cuando les pregunto si creen que piratean o lo hacen porque están totalmente de acuerdo con el acceso abierto a las referencias todos dicen, convencidísimos, que sí, que quieren todo en acceso abierto, pero cuál es la sorpresa cuando, si analizamos la producción científica de ese profesional, vemos que no ha publicado ninguno o casi ningún artículo en Open Access. He aquí la paradoja, no queremos a las editoriales y los pirateamos cual Robin Hood pero no salimos de su sistema a la hora de publicar.

He aquí la paradoja, no queremos a las editoriales y los pirateamos cual Robin Hood pero no salimos de su sistema a la hora de publicar.

Muchos usuarios se quejan porque para solicitar un artículo tienen que hacer demasiados clics y eso les quita tiempo. Durante estos meses he tenido que utilizar mi biblioteca como usuaria, estoy en el proceso de redacción de mi trabajo de final de máster y me he dado cuenta de lo maravillosa que es. Cabe decir que no soy una de las que tramitan las peticiones así que no me estoy tirando flores a mí misma. Empecé a hacer las búsquedas y muchos artículos estaban accesibles en Open Access, fui guardándolos en mi gestor bibliográfico y los que no podía tener en ese momento los fui pidiendo. En mi gestor guardé unos 20 ó 30 artículos, tenía que ir leyéndolos, así que no necesitaba los 80 que encontré porque no me los leería al momento. En pocos días tuve todos los artículos que había solicitado a mi biblioteca sin problemas y sin necesidad de piratear nada.

Además, tenemos diferentes sistemas para poder acceder a muchos artículos de forma gratuita y legal, María lo explica en su entrada Acceso al pdf gratuito de forma legal, gracias a complementos como UnpayWall podemos saber en el momento en el que hacemos la búsqueda si ese artículo está accesible porque el candado se pone en color verde, puede que sea el artículo enviado a la revista o el depositado en el repositorio (legal) de turno.

Sabemos que es difícil acabar con el pirateo, pero debemos ser conscientes de que, sea o no lícito el fondo, la realidad es que se está robando y se hace a la propia biblioteca, a la que no llegamos a acceder porque creemos que hay demasiados clics para acceder al texto completo. 

Como usuarios nuestros profesionales deben saber que en la biblioteca:

  • Dejamos de controlar cuáles son sus necesidades. Si no nos solicitan artículos no sabemos cuáles son las revistas que más consultan y, por lo tanto, no podemos pedir que se suscriban.
  • Con la bajada del uso de los recursos de la biblioteca las estadísticas bajan y, sin uso, los recursos tienen que eliminarse. Podéis ver en las estadísticas de nuestra biblioteca cómo ha bajado el presupuesto durante estos últimos años y cómo ha bajado el uso del Servicio de Obtención de Documentos.
  • Las bibliotecas ofrecemos muchas más cosas que acceso a los documentos, pero al no acceder a ella el profesional cree que sólo con el acceso al texto completo le basta, dejan de usar el resto de servicios: formación, atención al usuario, servicio de búsquedas bibliográficas, etc.

En diferentes jornadas y reuniones hemos propuesto otros sistemas para poder acceder a los artículos igual que se hizo en su momento con el pirateo audiovisual, un acceso tipo Netflix será el modelo del futuro y al cual las bibliotecas nos suscribiremos y adaptaremos como hemos ido haciendo durante estos años en los que ha cambiado tanto el modelo de acceso a los contenidos científicos. También irá en aumento la publicación en Open Access.

Si necesitáis información podéis acudir a vuestra biblioteca y os informaremos sobre las diferentes vías. Open Access no significa menos calidad, recuérdalo. Pero, mientras todo esto se pone en marcha y se convierte en una realidad, seguid acudiendo a vuestra biblioteca y si no sabes si tienes pregúntanos y te enviaremos a la de tu comunidad autónoma.

Firmar bien para existir


La firma de los trabajos científicos puede traer dudas a los autores: ¿quiénes deberían aparecer como autores y en qué orden? ¿tiene cada autor una firma normalizada para aparecer siempre de la misma forma y ser recuperado en las bases de datos? ¿tenemos clara la firma normalizada de nuestra institución?

Para contestar la primera pregunta, ¿quién debería aparecer como autor, coautor y en qué orden?, os voy a remitir al blog de Lluís Codina(1), ya que lo explica muy bien y no tiene sentido que yo diserte aquí sobre lo mismo.

Para ayudar a responder la segunda pregunta, relacionada con la firma normalizada, tanto para autores como instituciones, os dejo aquí la propuesta de manual de ayuda a los investigadores españoles para la normalización del nombre de autores e instituciones en las publicaciones científicas(2). Este documento, que ya tiene unos años, fue elaborado para la FECYT por los grupos de investigación EC3 de la Universidad de Granada y Análisis Cuantitativos de Ciencia y Tecnología del CINDOC-CSIC.

Sin embargo, hay veces que las bases de datos cometen errores al incluir a los autores o según las diferentes prácticas editoriales de las revistas los apellidos pueden variar en su presentación. Esto es un problema cuando queremos seguir la trayectoria profesional e investigadora de un autor, calcular su productividad, visibilidad e impacto. Para resolver estos problemas de variabilidad de las firmas han surgido iniciativas en estos últimos años, como ORCID o ResearcherID. Pero tampoco me voy a meter a contar este tema porque ya hay alguien que lo ha hecho muy bien: mis colegas María Sobrido Prieto, Uxía Gutiérrez Couto y Carlos González Guitián publicaron en Index de Enfermería el artículo De la normalización de la firma científica a la identificación digital del autor(3)

Os dejo también un webinar que organizamos Paula Traver y yo en 2013 en SocialBiblio con Pablo de Castro como invitado para que nos contara en qué consiste ORCID. En el siguiente enlace tenéis la grabación del webinar y la presentación que utilizó durante la misma: ORCID: ¿una solución definitiva para la identificación de los autores?(4)

Ahora que ya tenéis información sobre quién puede firmar y en qué orden y la importancia de la firma, dejadme que os cuente una historia que suelo contar a mis alumnos. La historia de cómo uno de los estudios más relevantes del siglo XIX se atribuyó durante unos 50 años a un investigador fantasma y al que, sin embargo, todo el mundo citaba: el doctor O. Uplavici.

Jaroslav Hlava (1855-1924)

Todo comienza cuando me estoy documentando para preparar un curso. Llego a un artículo publicado en 1990 por Eugene Garfield(5) en el que habla de los errores que se encuentran en las citas y bibliografías. Aquí es donde me topo con la historia de la que os quiero hablar:

En 1938, el dr. Clifford Dobell contaba la historia del Dr. Uplavici(6), nacido en 1887 y que publicó su único paper en ese mismo año. Sí, no es una errata. Seguimos. El Dr. O. Uplavici, además, moría en el mismo momento en el que el Dr. Dobell escribía su historia, en 1938:

Imagen extraída de: Dr O. Uplavici (1887–1938) (6)

Dr. Dobell había escrito una monografía titulada The Amoebae Living in Man (1919). Quiso incluir en su bibliografía al Dr. Uplavici, ya que aparecía como autor del estudio en el que descubrió amebas en las heces y en las úlceras intestinales de pacientes con disentería. Realmente este descubrimiento no era nuevo, pero el autor informaba de que había contagiado exitosamente la disentería a varios gatos a partir de la inoculación intrarectal de heces disentéricas (que presumiblemente contenían las amebas) de humanos contagiados. Obtuvo 4 resultados positivos de 6 intentos. Por lo tanto, parece que estos fueron los primeros experimentos en los que la Entamoeba histolytica se transmitió del hombre a un gato: y cómo gatos, o gatitos, desde entonces se han utilizado ampliamente para el estudio experimental de la disentería amebiana.

Este estudio apareció publicado en checo en el Journal of Czech Physicians (7) Pero quien firmaba este artículo era el doctor Jaroslav Hlava (1855-1924), profesor de Anatomía Patológica en Praga.

Comenta el Dr. Dobell que fue incapaz de localizar ningún ejemplar del Journal of Czech Physicians (Prague) ni en Londres ni en ningún otro sitio. Consultó incluso el catálogo World List of Scientific Periodicals, pero no indicaba que existiera ningún ejemplar en ninguna biblioteca de Gran Bretaña. Os recuerdo que estamos a principios del s.XX. No se dio por vencido y tras muchas pesquisas, el Dr. Dobell consigue una copia mecanografiada gracias al Dr. J Drbohlav; su amigo checo, el Dr. F. Simer, fue quien se lo tradujo enteramente al inglés.

El paper de Hlava de 1887 estaba publicado en checo y se titulaba O úplavici. Předběžná sdělení (Sobre disentería. Comunicación preliminar)(7). Parece ser que nunca se había hecho una traducción oficial del paper a otro idioma y que los resultados del estudio se habían dado a conocer a la comunidad científica internacional a partir de un breve informe firmado por el Dr. S. Kartulis de Alexandria. Este resumen fue publicado en la revista alemana Centralblatt für Bakteriologie und Parasitenkunde. Sin embargo, por algún misterioso error, el nombre del autor fue enteramente omitido. En su lugar se tomó la primera parte del título del paper como si fuera el nombre del autor: O Úplavici (=Sobre disentería). Así fue como, en 1887, nacía el Dr. O. Uplavici de Praga y publicaba su primer ensayo sobre disentería amebiana.

Imagen extraída de: Ces auteurs qui n’ont jamais existé : Student, N. Bourbaki et la figure emblématique de la référence erronée, O. Uplavici (8)

A pesar de que el Dr. Kartulis comenta sobre su intercambio de correspondencia con el autor del paper, se refiere siempre a él como Uplavici y nunca por su verdadero nombre: Hlava. Es curioso también que alguien capaz de leer el artículo original en checo para publicar un resumen en inglés, pueda confundir el título del trabajo. Además, si se analizan los índices de la revista Centralblatt se observa que en el número 18, en el que se resumió el trabajo de Hlava, se le nombra como Uplavici, O., pero en el índice de temas del volumen aparece como Hlava, Uplavici y al final, en el índice de autores, la única entrada es Hlava (desaparece «Uplavici» sin explicaciones).

Esta situación provocó gran confusión en la literatura sobre la amebiasis y la atribución de la «Comunicación preliminar» de Hlava a varios autores: a veces la referencia es correcta a Hlava (aunque sin indicar inicial del nombre u otros calificadores), otras veces se hace referencia a «O. Hlava» (en vez de a J. Hlava), a «Hlava, Uplavici» (como si Uplavici fuera el nombre) o incluso usando «O. Hlava (O. Uplavici)» como si ambos fueran sinónimos. Incluso se ha llegado a mencionar a Hlava y a Updavici como si fueran dos autores diferentes que hubieran estudiado la disentería en gatos en sus comienzos.

Fue en 1910 cuando el Index-Catalogue of Medical and Veterinaty Zoology le otorga el título de Doctor a O. Uplavici. En 1905, en este mismo catálogo, había aparecido ya indexado el paper por primera vez, aunque la entrada estaba incompleta y se otorgó la autoría al Dr. O. Hlava. En 1910 se asigna la misma entrada a «Uplavici, O» seguido de la información «Dr.» consignado entre corchetes. No podemos saber por qué, los autores del catálogo, supieron que «O. Uplavici» era doctor.

Durante 50 años el Dr. O Uplavici ha aparecido citado en libros y revistas en Europa, América y Asia. Durante 50 años el autor real del estudio, Jaroslav Hlava, no obtuvo el reconocimiento por su trabajo.

Quizás en pleno siglo XXI ya no se perpetúen estos errores durante tantos años, pero es muy fácil que nuestro apellido aparezca mal escrito en alguna publicación y sea así incluido en una base de datos importante. Ahora sería más fácil pedir la modificación de estos errores, pero mientras tanto son citas nuestras que no aparecen y que no cuentan para nuestra producción científica. Y ojo, que nosotros también podemos ser los culpables de que un autor pierda autoría por citar mal su obra. Desde aquí te animo a que te tomes una tarde para mimar tu perfil profesional, darle una entidad a través de ORCID y ResearcherID, comprobar tus publicaciones y, por supuesto, normalizar tu firma. Tu yo del futuro te lo agradecerá.

Como siempre, si tienes alguna duda sobre firmas, autorías, cómo referenciar un artículo o cómo enviar un artículo para su publicación, recuerda que las bibliotecarias médicas estamos para ayudarte. Confía en tu bibliotecaria de cabecera.

BIBLIOGRAFÍA:

1. Artículos científicos: quién puede firmarlos y en qué orden. Ética y pragmatismo de la publicación académica [Internet]. Lluís Codina. 2018 [cited 2019 Mar 24]. Available from: https://www.lluiscodina.com/etica-publicacion-academica/

2. FECYT. Documento normalización de autores [Internet]. Información para investigadores | Recursos Científicos. [cited 2019 Mar 24]. Available from: https://www.recursoscientificos.fecyt.es/servicios/informacion

3. Sobrido Prieto M, Gutiérrez Couto U, González Guitián C. De la normalización de la firma científica a la identificación digital del autor. Index de Enfermería. 2016 Jun;25(1–2):56–9.

4. García-Puente M, Traver P, de Castro P. ORCID: ¿una solución definitiva para la identificación de autores? [Internet]. SocialBiblio. 2013 [cited 2019 Mar 24]. Available from: http://www.socialbiblio.com/materiales/orcid-solucion-definitiva-identificacion-autores

5. Garfield E. Journal editors awaken to the impact of citation errors. How we control them at ISI. Current Contents. 1990;41(13):367–75.

6. Dobell C. Dr O. Uplavici (1887–1938). Parasitology. 1938 Jun;30(02):239.

7. Hlava J. O úplavici. Předběžná sdělení . Časopis lékařův českých. 1887;26(5):70–4.

8. Lienhart A. Ces auteurs qui n’ont jamais existé : Student, N. Bourbaki et la figure emblématique de la référence erronée, O. Uplavici [Internet]. Club de l’Histoire de l’Anesthésie et de la Réanimation. [cited 2019 Mar 24]. Available from: https://www.char-fr.net/Ces-auteurs-qui-n-ont-jamais.html