ChatGPT y su relación con las bibliotecarias… de cualquier ámbito


La semana pasada salió a la luz la herramienta ChatGPT creada por OpenAI. El acceso, de momento, es gratuito: sólo requiere registrarse y lo podéis hacer desde este enlace: chatGPT. Pero antes de empezar a jugar o cacharrear con la herramienta deja que te cuente algunas cosas que te pueden resultar de utilidad.

Te explico qué es: es un sistema conversacional basado en inteligencia artificial. Tú preguntas y el sistema responde. Pero que responda no significa que razone ni que haga cálculos ni que aprenda de tus respuestas. Es decir, es un modelo entrenado con un corpus extensísimo y en varios idiomas. Eso significa que «sabe» o «conoce» sobre todo lo que se le ha enseñado previamente. Según dice OpenAI, el corpus de entrenamiento tiene información hasta 2021. Pensemos en una persona que es capaz de aprenderse todo el texto de una enciclopedia. Cuando tú le preguntas algo y él tiene la información previamente guardada en su memoria, la saca y te la ofrece. Al mismo tiempo, si le preguntas algo que no sabe lo más seguro es que se invente la respuesta en base a su conocimiento adquirido previamente. En el caso de este sistema, un algoritmo decidirá qué palabra es la más probable que aparezca tras otra, y todo basado en los textos que ya tiene, así que la respuesta estará bien construida y será creíble. Pero no tiene por qué ser real. Si el interlocutor avisa de que esa respuesta es errónea, el sistema se disculpará y creará otra respuesta.

Ayer estuve probando ChatGPT y le pedí que me contara qué opinaba sobre la mala ciencia generada por las revistas depredadoras. Aquí podéis ver la primera respuesta:

Pregunto a ChatGPT qué piensa sobre la mala ciencia generada por las revistas depredadoras.

Luego le pregunté qué eran las revistas depredadoras:

Una de las respuestas sobre qué son las revistas depredadoras.

Le pedí una segunda respuesta a la misma pregunta:

Una de las respuestas sobre qué son revistas depredadoras.

Como veis, las respuestas son básicamente iguales. Todas las respuestas comienzan parafraseando la pregunta, que es el pie para empezar a contestar, y terminan con un resumen. Aquí es fácil distinguir que esta información la ha «leído» previamente, estaba entre ese corpus de entrenamiento, así que las respuestas siempre variarán sobre lo mismo.

Pero ¿qué pasa si le hacemos una pregunta sobre algo que no ha leído? Atentos a la pregunta y a la respuesta que da:

Le pido que multiplique 1325 por 72 y me da una respuesta errónea diciendo que el resultado es 962400.

La respuesta que da es errónea, ya que el resultado de multiplicar 1325 por 72 es 95400. Lo que sí ha entendido es que se encuentra ante una multiplicación y sabe teóricamente cómo se multiplica, aunque realmente no sabe hacerlo. Ni puede. Pero la respuesta es categórica, rotunda. Si una persona no sabe multiplicar y lee esta respuesta probablemente la dé por buena.

¿A qué quiero llegar con todo esto? A que este tipo de herramientas a día de hoy (principios de diciembre de 2022) nos puede servir para apoyarnos a la hora de desarrollar un texto, un índice para preparar un trabajo o preguntar por ideas de marketing, por ejemplo. Pero también, a día de hoy, todavía es fácil que nos devuelva textos con información falsa pero presentada de manera firme y que puede confundirnos. Ojo, a día de hoy. Esto va tan rápido que puede que en un mes haya cambiado todo.

Nuestro papel como especialistas en información, da igual el campo de estudio, es poder ofrecer información fiable y relevante en todo momento. Parte de nuestro trabajo es ayudar a confirmar si la información que leemos o nos llega es real o inventada. Y aquí, por ahora, se nos abre un abanico importante donde podemos ofrecer las fuentes fidedignas. Porque sí, también le pregunté a ChatGPT si me podía dar las fuentes de la información que me ofrecía:

Le pregunto si puede dar crédito o citar las fuentes que usa. Me dice que no, que está entrenado para ofrecer respuestas como si fuera un humano en base a los textos con los que ha sido entrenado.

Así que nuestro papel como bibliotecarias se puede dividir en dos: por un lado, conocer cómo funcionan estas herramientas para poder explicar a nuestros usuarios en qué aspectos de su trabajo les puede ser útil usarlas, y sobre todo a distinguir el tipo de información que están recibiendo. Por otro lado, como gestoras de información deberíamos aprender a usar estas herramientas: creando preguntas precisas (generando prompts adecuados) recibiremos mejores respuestas. Pero también tenemos que aprender a filtrar esas respuestas y saber cuáles pueden tener un error (como en el caso de la operación matemática) o cuáles podrían ser correctas.

Recuerda: usa Google y ChatGPT, pero consulta también con tu bibliotecaria (humana) de cabecera. Estamos para ayudarte y para darte la respuesta correcta (y apoyada en bibliografía, por si lo quieres comprobar tú).

Le pregunto a ChatGPT cuál es su corpus y me responde que millones de documentos.
Anuncio publicitario

Por los bibliotecarios especializados en Ciencias de la Salud.


Llevo tiempo con ganas de escribir esta entrada, pero no encontraba tiempo para sentarme tranquilamente a escribir.

En la entrada anterior os comenté que los bibliotecarios españoles de Ciencias de la Salud nos habíamos reunido y organizado para colaborar entre nosotros y ayudar así a nuestros usuarios. Queríamos optimizar el tiempo, ahorrar esfuerzos y mejorar los resultados de nuestro trabajo. Muchas bibliotecas de hospital cuentan con una sola persona al cargo. Algunos hospitales, por ejemplo La Princesa (Madrid) o el Universitario de Salamanca, han perdido a la bibliotecaria que tenían en plantilla y ahora no tienen especialistas que den un servicio de calidad a los trabajadores de estos hospitales. También hay hospitales que nunca han tenido biblioteca médica, como es el caso de muchos hospitales privados. Incluso algunas bibliotecarias tienen que dar servicio en más de una biblioteca de hospital. Resumiendo: si normalmente el volumen de trabajo da para no quedarte dormido en los laureles, suponíamos -con bastante acierto- que la situación provocada por el COVID-19 nos traería mucho más trabajo. Y que no sólo nuestros usuarios tendrían necesidad de localizar información fiable, también los usuarios de estos hospitales que no tienen biblioteca, o incluso población en general.

Como sabéis por las entradas que he ido publicando a lo largo de los años o por algunos de mis tuits, las bibliotecarias (o documentalistas) especializadas en Ciencias de la Salud nos dedicamos a muchas y variadas tareas, desde la búsqueda en diferentes bases de datos para localizar literatura científica, ayuda a los investigadores para entender y navegar por los mares de las acreditaciones, apoyo a los autores que quieren publicar (adecuación del manuscrito, revisión de las citas y bibliografía, localización de revistas donde publicar, explicar en qué consiste el Open Access y qué son las revistas depredadoras, los APC y los repositorios, etc.), formación especializada… En la mayoría de los casos ahorramos mucho tiempo a los usuarios. Tiempo que estos sanitarios dedican a atender a los pacientes, a investigar o a publicar. Y ese tiempo que el profesional sanitario no dedica a buscar información, es dinero que le está ahorrando a su empleador, ya que lo invierte en lo que realmente sabe hacer y no en algo que puede hacer otro profesional, en este caso un bibliotecario o documentalista. Me gusta explicar esto porque a veces hay gente que me dice que no somos necesarios, que los profesionales sanitarios pueden hacer ellos mismos las búsquedas, por ejemplo. Sí. Tienen toda la razón. Y también pueden limpiar el quirófano antes de cada operación. Y atender las llamadas de los pacientes y llevar la agenda de citas. No es que no sepan, es que hay otros profesionales mejor formados para hacer esas otras tareas. Y entre todos, cada uno haciendo su trabajo, mejoramos los resultados en conjunto.

Durante el estado de emergencia generado por el COVID-19 los bibliotecarios que estamos trabajando en equipo estamos dando servicio a nuestros usuarios compartiendo el conocimiento que tenemos entre nosotros y evitando reinventar la rueda si algo ya lo había hecho otro compañero. Pero hemos ayudado también a los usuarios huérfanos de bibliotecas que no tenían a un profesional de la información a quien acudir. Hemos querido ayudar, apoyar y ahorrar tiempo a los profesionales que estaban atendiéndonos a nosotros, los pacientes.

Genially creado por Concha Campos

Os decía al principio que creamos un grupo de Whatsapp que sirviera de medio de comunicación rápido entre nosotros. También tenemos un espacio en Google Drive donde hemos organizado en carpetas por temas y/o especialidades toda la información que vamos localizando. Algunos archivos pueden ir en varias carpetas, así que se duplican. Al principio compartimos estas carpetas con los profesionales, pero nos dimos cuenta de que algunos archivos desaparecían y otros se duplicaban en la misma carpeta, así que decidimos cerrar ese acceso y ofrecer la información de manera abierta a través de una web. Creamos un site de Google donde se pueden consultar todos los documentos. En este momento nos encontramos en fase de unificar títulos y crear las bibliografías de cada apartado para facilitar su consulta y que quienes vayan a utilizar los documentos puedan citarlos de forma apropiada. Tenemos también una cuenta en Gmail para recibir las dudas y peticiones de información. Y el hashtag que desde el primer día usamos en twitter: #AyudaBiblioteca y #JuntosParaAyudarte

La coordinación del grupo es bastante horizontal. No hay nadie en especial que lidere y todos participamos en la medida en que nuestro trabajo diario, obligaciones familiares y estado anímico nos lo permiten. Unos días unos están más que otros y otros días es al revés. Las dudas sobre organización del material, cómo contestar una pregunta llegada al grupo o dónde localizar información se hace desde el Whatsapp. Tenemos respeto, coordinación, camaradería, ayuda y buen humor. Ha sido un movimiento de nacimiento espontáneo y por ahora no nos hemos planteado qué pasará cuando termine esta pandemia. Pero nos está sirviendo para ver nuevas formas de trabajo, nuevas herramientas colaborativas, compañeros que hasta ahora no conocíamos. Hoy, con este post, quiero dar las gracias y mostrar mi admiración y respeto por mis colegas de profesión. Encontrarte gente así hace que me guste, aún más si cabe, mi trabajo.

Evaluación de sitios web


CRAAPPuede parecer que buscar información en Internet es fácil, al fin y al cabo está todo ahí. Sin embargo, encontrar la información correcta es complicado. Publicar en Internet es fácil y rápido, lo que permite que cualquier persona o institución pueda tener su propia página web. Nuestro papel es aprender a discernir cuándo estamos ante una web que nos ofrece información fiable/confiable y relevante. Aunque muchos nos guiamos por el sentido común para tomar decisiones, existen varios test o normas que podemos seguir para hacer una evaluación del sitio que estamos visitando. Os quiero hablar del test CRAAP al que he llegado gracias al post publicado por Kendra Perkins en el blog RefME.

El test CRAAP pretende que cualquier usuario se haga varias preguntas al visitar una web, de forma que pueda hacer una evaluación crítica del sitio:

  • Currency: ¿cuándo ha sido publicada la información en este sitio web? ¿ha sido revisada o actualizada? ¿es una información actualizada? ¿funcionan los enlaces? A veces no se tiene en cuenta la fecha de publicación de la información que localizamos. Descubrimientos posteriores o investigaciones más recientes pueden darnos información más valiosa que la que hemos encontrado en un primer momento.
  • Relevance: ¿la información que has localizado trata el tema que estabas buscando? Hay muchos aspectos relacionados con un tema, busca información que se centre en el tema en concreto y evita aquellas que hablan de generalidades.
  • Authority: ¿quién es el autor? Es importante tener en cuenta quién te está dando la información, si es un experto o si se trata de una institución seria y relevante. Además, hay que saber distinguir noticias de opiniones, noticias reales de bulos (hoax)… Considera quién es el responsable del contenido (que no siempre es el autor del mismo), no sólo la fuente donde está publicado.
  • Accuracy: ¿crees que la información es correcta? Evalúa lo que estás leyendo. Incluso si el autor parece muy convencido y la información está publicada en un libro no significa que sea cierta. Busca en más fuentes, no te quedes siempre con lo primero que veas y, a ser posible, busca información que afirme lo contrario a lo que estás leyendo. Podrás contrastar y evaluar de forma más crítica. Y sí, estoy pensando en homeopatía y en dietas milagro.
  • Purpose: ¿cuál ha sido el propósito de crear una web o publicar un post? ¿qué motivo puede tener el autor para llegar a una conclusión u otra? Es importante ver si la información presentada, los estudios que se citan o el marco desde el que se habla está financiado o contiene publicidad de un producto.

En temas relacionados con salud es importante tener estos puntos muy claros, sobre todo si somos pacientes y queremos informarnos sobre nuestra enfermedad. La Biblioteca Nacional de Medicina de EEUU ha realizado un tutorial (en inglés) que enseña a evaluar sitios de salud. Puedes consultar aquí el tutorial (unos 16 minutos de duración): Evaluating Internet Health Information.

Por cierto, en español tenemos la web FFpaciente que recoge información fiable de salud para pacientes. Pero de esto hablaremos en otro post.

Seguimos con Zika


Crédito: kuhn and rossmann research groups, purdue university El virus Zika sigue siendo noticia. Hace poco aparecía en los medios la imagen 3D de este virus (en imagen adjunta, crédito: Kuhn and Rossmann research groups, Purdue University). Este mapa tridimensional podría ser el paso previo para desarrollar la vacuna contra el virus. Tenéis más información en el artículo publicado en la revista Science: Zika virus in the Americas: Early epidemiological and genetics findings (doi:10.1126/science.aaf5036).

La Biblioteca Nacional de Medicina de EEUU, en enero de este año, aprobó un término MeSH específico (hablé de ello aquí) que facilitaría la indexación y búsqueda/recuperación de los artículos científicos publicados sobre este tema. Ayer mismo anunciaba también la creación de una base de datos específica de este virus dentro de la página de recursos sobre este Zika:

The NCBI Zika virus resource page has been updated with a specialized database. This database uses pipelines to annotate genes, proteins and mature peptides, and standardize sample metadata. With this database, you can:

  • Find sequences easily using standardized annotations and normalized metadata terms
  • Construct alignments and phylogenetic trees using a suite of online tools
  • Download sequences and metadata in a variety of formats and create customized titles/deflines for FASTA file downloads.

The NCBI Zika virus resource, part of the Virus Variation family of NCBI resources, provides users with a unique, metadata-driven search interface that leverages advanced data management pipelines.

 

Esta información está dirigida a investigadores y profesionales, pero existen multitud de recursos pensados para la población. En español, os dejo esta entrada en el post de Pediatría Basada en Pruebas con preguntas y respuestas sobre el virus Zika y este vídeo de unos 3 minutos publicado en el blog OpenMind del BBVA: Virus Zika: por qué ahora y qué podemos hacer.

Cartoon abstracts


cartoon abstractLa divulgación científica es importante de cara a difundir el conocimiento científico entre la población general. Hoy en día existen muchos eventos en los que se pretende llegar al gran público y ofrecerles conocimientos en un lenguaje sencillo y con conceptos fáciles de entender. Es importante que el conocimiento y los avances científicos no se queden sólo en la comunidad científica, pero no siempre es fácil. Taylor & Francis ofrece un servicio de apoyo a los autores. Entre todas las ayudas, hay una iniciativa que me ha llamado la atención: convertir los resúmenes en atractivos cómics que inviten a la lectura del artículo final.

Podéis descargar aquí un ejemplo de estos resúmenes en pdf.

What’s a cartoon abstract?

An abstract is a short summary of a journal article, which aims to help readers understand its focus and key findings. Launched by Taylor & Francis in 2015, cartoon abstracts have taken that idea and made it graphic, explaining the focus of a journal article in a cartoon strip that’s easy to share online, and encourages people to read the entire article.

The reaction

So far, cartoon abstracts have generated over 11,000 extra downloads for articles published in journals which range across the sciences, technology, and maths. With the authors represented through characters in the cartoon strip, they’re also a useful networking tool amongst peers.

Si quieres probar a crear tu propio cartoon a partir del resumen de tu artículo, con esta herramienta lo tienes fácil: http://www.makebeliefscomix.com/ Pero también puedes consultar la información ofrecida por Taylor & Francis:

http://authorservices.taylorandfrancis.com/cartoon-abstracts/
http://authorservices.taylorandfrancis.com/cartoon-abstracts/
http://authorservices.taylorandfrancis.com/cartoon-abstracts/

GuiaSalud renueva su diseño, estructura y contenidos


Desde ayer, 21 de mayo de 2015, podemos observar un nuevo diseño en el portal de GuíaSalud. Además, nos comunican que han modificado la estructura y los contenidos de la página para poder mejorar los servicios que ofrecen a los profesionales sanitarios y a los ciudadanos en general.

mejoras guia salud

Me parecen muy interesantes las nuevas secciones a las que se puede acceder directamente desde la home del portal:

  • Metodología para el desarrollo de guías de práctica clínica
  • Jornadas científicas con las ponencias y comunicaciones de las jornadas científicas que organiza GuíaSalud
  • Fuentes de información estructuradas en bibliografía especializada en GPC, materiales formativos, recursos para pacientes y guía salud 2.0 (salud, GPC e Internet)
  • Búsquedas: acceso a diferentes recursos que te ayudan a localizar la información que necesitas, desde GPC, preguntas clínicas, artículos, sitios web, plantillas y manuales, tutoriales, etc. Además también tienes información a partir de la búsqueda por temas, enfermedades o perfiles.

Para ayudar a mejorar el sitio de GuíaSalud, nos ofrecen la posibilidad de realizar una encuesta. Os dejo aquí el enlace para que podáis contestarla una vez visitado el nuevo portal: encuesta de satisfacción en la consulta del portal GuíaSalud

 

http://portal.guiasalud.es/web/guest/home
http://portal.guiasalud.es/web/guest/home
http://portal.guiasalud.es/web/guest/home