Todos sabemos que si queremos llegar a los usuarios tenemos que ir donde ellos estén. Si están en Facebook, las bibliotecas se van a Facebook. ¿En Twitter? Pues las bibliotecas se van a Twitter.
¿Pero qué pasa si los usuarios viven en medio de las montañas? ¿Qué pasa si esos niños no tienen la posibilidad de acercarse a una biblioteca? Bien, existen los Bibliobuses.
Pero hay veces en las que los niños no tienen siquiera la opción de los Bibliobuses porque el camino que llega hasta sus aldeas no permite el tráfico rodado. Entonces, ¿qué? Entonces está Biblioburro.
Hace diez años, Luis Soriano decidió acercar los libros a los niños que vivían en La Gloria, comarca situada al norte de Colombia. Para ello convirtió a sus dos burros, Alfa y Beto, en el transporte ideal que atravesaría la difícil orografía de la comarca para llegar a las aldeas y a esos niños ávidos de literatura.
Con historias como esta, me enorgullezco de ser bibliotecaria. Aunque mi público no sean los niños y mi biblioteca sea virtual. Yo me he emocionado al ver este vídeo.