ChatGPT y su relación con las bibliotecarias… de cualquier ámbito


La semana pasada salió a la luz la herramienta ChatGPT creada por OpenAI. El acceso, de momento, es gratuito: sólo requiere registrarse y lo podéis hacer desde este enlace: chatGPT. Pero antes de empezar a jugar o cacharrear con la herramienta deja que te cuente algunas cosas que te pueden resultar de utilidad.

Te explico qué es: es un sistema conversacional basado en inteligencia artificial. Tú preguntas y el sistema responde. Pero que responda no significa que razone ni que haga cálculos ni que aprenda de tus respuestas. Es decir, es un modelo entrenado con un corpus extensísimo y en varios idiomas. Eso significa que «sabe» o «conoce» sobre todo lo que se le ha enseñado previamente. Según dice OpenAI, el corpus de entrenamiento tiene información hasta 2021. Pensemos en una persona que es capaz de aprenderse todo el texto de una enciclopedia. Cuando tú le preguntas algo y él tiene la información previamente guardada en su memoria, la saca y te la ofrece. Al mismo tiempo, si le preguntas algo que no sabe lo más seguro es que se invente la respuesta en base a su conocimiento adquirido previamente. En el caso de este sistema, un algoritmo decidirá qué palabra es la más probable que aparezca tras otra, y todo basado en los textos que ya tiene, así que la respuesta estará bien construida y será creíble. Pero no tiene por qué ser real. Si el interlocutor avisa de que esa respuesta es errónea, el sistema se disculpará y creará otra respuesta.

Ayer estuve probando ChatGPT y le pedí que me contara qué opinaba sobre la mala ciencia generada por las revistas depredadoras. Aquí podéis ver la primera respuesta:

Pregunto a ChatGPT qué piensa sobre la mala ciencia generada por las revistas depredadoras.

Luego le pregunté qué eran las revistas depredadoras:

Una de las respuestas sobre qué son las revistas depredadoras.

Le pedí una segunda respuesta a la misma pregunta:

Una de las respuestas sobre qué son revistas depredadoras.

Como veis, las respuestas son básicamente iguales. Todas las respuestas comienzan parafraseando la pregunta, que es el pie para empezar a contestar, y terminan con un resumen. Aquí es fácil distinguir que esta información la ha «leído» previamente, estaba entre ese corpus de entrenamiento, así que las respuestas siempre variarán sobre lo mismo.

Pero ¿qué pasa si le hacemos una pregunta sobre algo que no ha leído? Atentos a la pregunta y a la respuesta que da:

Le pido que multiplique 1325 por 72 y me da una respuesta errónea diciendo que el resultado es 962400.

La respuesta que da es errónea, ya que el resultado de multiplicar 1325 por 72 es 95400. Lo que sí ha entendido es que se encuentra ante una multiplicación y sabe teóricamente cómo se multiplica, aunque realmente no sabe hacerlo. Ni puede. Pero la respuesta es categórica, rotunda. Si una persona no sabe multiplicar y lee esta respuesta probablemente la dé por buena.

¿A qué quiero llegar con todo esto? A que este tipo de herramientas a día de hoy (principios de diciembre de 2022) nos puede servir para apoyarnos a la hora de desarrollar un texto, un índice para preparar un trabajo o preguntar por ideas de marketing, por ejemplo. Pero también, a día de hoy, todavía es fácil que nos devuelva textos con información falsa pero presentada de manera firme y que puede confundirnos. Ojo, a día de hoy. Esto va tan rápido que puede que en un mes haya cambiado todo.

Nuestro papel como especialistas en información, da igual el campo de estudio, es poder ofrecer información fiable y relevante en todo momento. Parte de nuestro trabajo es ayudar a confirmar si la información que leemos o nos llega es real o inventada. Y aquí, por ahora, se nos abre un abanico importante donde podemos ofrecer las fuentes fidedignas. Porque sí, también le pregunté a ChatGPT si me podía dar las fuentes de la información que me ofrecía:

Le pregunto si puede dar crédito o citar las fuentes que usa. Me dice que no, que está entrenado para ofrecer respuestas como si fuera un humano en base a los textos con los que ha sido entrenado.

Así que nuestro papel como bibliotecarias se puede dividir en dos: por un lado, conocer cómo funcionan estas herramientas para poder explicar a nuestros usuarios en qué aspectos de su trabajo les puede ser útil usarlas, y sobre todo a distinguir el tipo de información que están recibiendo. Por otro lado, como gestoras de información deberíamos aprender a usar estas herramientas: creando preguntas precisas (generando prompts adecuados) recibiremos mejores respuestas. Pero también tenemos que aprender a filtrar esas respuestas y saber cuáles pueden tener un error (como en el caso de la operación matemática) o cuáles podrían ser correctas.

Recuerda: usa Google y ChatGPT, pero consulta también con tu bibliotecaria (humana) de cabecera. Estamos para ayudarte y para darte la respuesta correcta (y apoyada en bibliografía, por si lo quieres comprobar tú).

Le pregunto a ChatGPT cuál es su corpus y me responde que millones de documentos.

Por los bibliotecarios especializados en Ciencias de la Salud.


Llevo tiempo con ganas de escribir esta entrada, pero no encontraba tiempo para sentarme tranquilamente a escribir.

En la entrada anterior os comenté que los bibliotecarios españoles de Ciencias de la Salud nos habíamos reunido y organizado para colaborar entre nosotros y ayudar así a nuestros usuarios. Queríamos optimizar el tiempo, ahorrar esfuerzos y mejorar los resultados de nuestro trabajo. Muchas bibliotecas de hospital cuentan con una sola persona al cargo. Algunos hospitales, por ejemplo La Princesa (Madrid) o el Universitario de Salamanca, han perdido a la bibliotecaria que tenían en plantilla y ahora no tienen especialistas que den un servicio de calidad a los trabajadores de estos hospitales. También hay hospitales que nunca han tenido biblioteca médica, como es el caso de muchos hospitales privados. Incluso algunas bibliotecarias tienen que dar servicio en más de una biblioteca de hospital. Resumiendo: si normalmente el volumen de trabajo da para no quedarte dormido en los laureles, suponíamos -con bastante acierto- que la situación provocada por el COVID-19 nos traería mucho más trabajo. Y que no sólo nuestros usuarios tendrían necesidad de localizar información fiable, también los usuarios de estos hospitales que no tienen biblioteca, o incluso población en general.

Como sabéis por las entradas que he ido publicando a lo largo de los años o por algunos de mis tuits, las bibliotecarias (o documentalistas) especializadas en Ciencias de la Salud nos dedicamos a muchas y variadas tareas, desde la búsqueda en diferentes bases de datos para localizar literatura científica, ayuda a los investigadores para entender y navegar por los mares de las acreditaciones, apoyo a los autores que quieren publicar (adecuación del manuscrito, revisión de las citas y bibliografía, localización de revistas donde publicar, explicar en qué consiste el Open Access y qué son las revistas depredadoras, los APC y los repositorios, etc.), formación especializada… En la mayoría de los casos ahorramos mucho tiempo a los usuarios. Tiempo que estos sanitarios dedican a atender a los pacientes, a investigar o a publicar. Y ese tiempo que el profesional sanitario no dedica a buscar información, es dinero que le está ahorrando a su empleador, ya que lo invierte en lo que realmente sabe hacer y no en algo que puede hacer otro profesional, en este caso un bibliotecario o documentalista. Me gusta explicar esto porque a veces hay gente que me dice que no somos necesarios, que los profesionales sanitarios pueden hacer ellos mismos las búsquedas, por ejemplo. Sí. Tienen toda la razón. Y también pueden limpiar el quirófano antes de cada operación. Y atender las llamadas de los pacientes y llevar la agenda de citas. No es que no sepan, es que hay otros profesionales mejor formados para hacer esas otras tareas. Y entre todos, cada uno haciendo su trabajo, mejoramos los resultados en conjunto.

Durante el estado de emergencia generado por el COVID-19 los bibliotecarios que estamos trabajando en equipo estamos dando servicio a nuestros usuarios compartiendo el conocimiento que tenemos entre nosotros y evitando reinventar la rueda si algo ya lo había hecho otro compañero. Pero hemos ayudado también a los usuarios huérfanos de bibliotecas que no tenían a un profesional de la información a quien acudir. Hemos querido ayudar, apoyar y ahorrar tiempo a los profesionales que estaban atendiéndonos a nosotros, los pacientes.

Genially creado por Concha Campos

Os decía al principio que creamos un grupo de Whatsapp que sirviera de medio de comunicación rápido entre nosotros. También tenemos un espacio en Google Drive donde hemos organizado en carpetas por temas y/o especialidades toda la información que vamos localizando. Algunos archivos pueden ir en varias carpetas, así que se duplican. Al principio compartimos estas carpetas con los profesionales, pero nos dimos cuenta de que algunos archivos desaparecían y otros se duplicaban en la misma carpeta, así que decidimos cerrar ese acceso y ofrecer la información de manera abierta a través de una web. Creamos un site de Google donde se pueden consultar todos los documentos. En este momento nos encontramos en fase de unificar títulos y crear las bibliografías de cada apartado para facilitar su consulta y que quienes vayan a utilizar los documentos puedan citarlos de forma apropiada. Tenemos también una cuenta en Gmail para recibir las dudas y peticiones de información. Y el hashtag que desde el primer día usamos en twitter: #AyudaBiblioteca y #JuntosParaAyudarte

La coordinación del grupo es bastante horizontal. No hay nadie en especial que lidere y todos participamos en la medida en que nuestro trabajo diario, obligaciones familiares y estado anímico nos lo permiten. Unos días unos están más que otros y otros días es al revés. Las dudas sobre organización del material, cómo contestar una pregunta llegada al grupo o dónde localizar información se hace desde el Whatsapp. Tenemos respeto, coordinación, camaradería, ayuda y buen humor. Ha sido un movimiento de nacimiento espontáneo y por ahora no nos hemos planteado qué pasará cuando termine esta pandemia. Pero nos está sirviendo para ver nuevas formas de trabajo, nuevas herramientas colaborativas, compañeros que hasta ahora no conocíamos. Hoy, con este post, quiero dar las gracias y mostrar mi admiración y respeto por mis colegas de profesión. Encontrarte gente así hace que me guste, aún más si cabe, mi trabajo.

#Covid19 #AyudaBiblioteca


Ya hace más de una semana que estamos en cuarentena. Esta misma semana, los bibliotecarios de Ciencias de la Salud de España (bibliotecarios de hospital, de universidades, de colegios oficiales, de sociedades científicas…) nos reunimos virtualmente para buscar formas de colaborar juntos y dar servicio a nuestros usuarios y a la población en general. En esta reunión virtual decidimos crear un grupo de whatsapp para comunicarnos más rápidamente y una carpeta en Drive donde subir documentación y trabajo interno.

La idea es optimizar el trabajo, sobre todo la localización de información fiable, porque supusimos -y acertamos- que íbamos a recibir peticiones muy similares por parte de nuestros usuarios. Entre todos, más de 70 participantes, hemos creado varios documentos de trabajo interno donde vamos recogiendo diferentes estrategias de búsqueda sobre el COVID-19 relacionado con otras patologías o temáticas.

En twitter hemos creado el hashtag #AyudaBiblioteca para poder seguir las consultas que nos hacen y poder dar respuesta unificada.

En definitiva: las bibliotecas de vuestros centros son importantes. Muchas veces pasamos desapercibidos, pero estamos dando apoyo constante, ahorrando tiempo de búsquedas para que nuestros sanitarios se puedan dedicar a lo realmente importante: cuidar de la población. Entre todos, personal de limpieza, restauración, logística, bibliotecas, etc. queremos y estamos para dar cobertura a nuestros sanitarios. Hacemos nuestro trabajo para que ellos se puedan centrar en el suyo.

Parafraseando Amanece que no es poco: «Todos somos contingentes, pero nuestra Salud Pública es necesaria».

Los primeros cambios de PubMed ya están aquí


Hace unos meses que sabíamos que PubMed cambiaría de interfaz y modificaría un poco su funcionamiento interno. A través de algunos webinars con la NLM y de los cambios que nos mostraban a través de PubMed Labs ya sabíamos cómo iba ser el diseño.

Avisaron de que en septiembre abrirían el nuevo PubMed y que éste estaría conviviendo con el antiguo hasta diciembre, fecha en que la nueva interfaz sería la visible por defecto. Pues bien, los cambios ya están aquí y casi sin previo aviso.

Todas las bibliotecarias sabemos que si hay un cambio en PubMed, éste ocurre el día antes de una formación. En mi caso ha sido «durante» la formación. No he podido explicar mucho y he tenido que esperar a llegar a casa para poder trastear un poco los cambios. Aquí va la primera impresión, pero tened en cuenta que no será hasta enero que los cambios se hagan realidad, y será en primavera cuando los cambios sean definitivos.

Como veis, en la nueva interfaz tenemos un cuadro de búsqueda que gana protagonismo. A simple vista es un estilo más moderno y más limpio que invita a buscar (en mi opinión al «estilo Google»). Voy a lanzar la misma búsqueda al mismo tiempo en ambos modelos y así podemos ir viendo las diferencias. Escribo en ambos campos de búsqueda diabetes mellitus type 2. Sin comillas y sin nada:

La primera diferencia es el número de resultados. En el antiguo PubMed (a partir de ahora Antiguo) tenemos 142751 registros frente a 142781 del nuevo PubMed (a partir de ahora Nuevo). Aunque podríamos pensar que es por la ordenación (en el Antiguo la ordenación por defecto es Most Recent, mientras que en el nuevo la ordenación por defecto es Best Match), al cambiar la ordenación del Antiguo me recupera 142766, número que tampoco concuerda con el Nuevo. Modificar la ordenación en Nuevo no influye sobre el número de resultados, que sigue siendo 142781 independientemente de si mostramos por Best Match o Most Recent. Tened esto en cuenta de cara a actualizaciones de búsquedas bibliográficas, revisiones sistemáticas, etc.

Otra diferencia es el formato de salida. En ambos por defecto se muestran los registros en formato summary, pero en el Nuevo el formato Summary muestra las primeras líneas del resumen, mientras que el formato Summary del Antiguo era sólo el título del artículo, autores, la referencia y los identificadores y enlace a artículos similares. En el Nuevo tenemos también el título, los autores (pero sólo muestra uno ó dos. Si el artículo tiene más de tres autores muestra el primero seguido de et al.), revista abreviada, año de publicación, pmid, y luego ya el inicio del resumen. Finalmente, en vez del enlace a artículos similares tenemos un enlace para ver la cita en diferentes formatos, descargarlo en .ris o copiarlo en el portapapeles. También un botón para compartir en Twitter, Facebook o copiar la url permanente de la referencia.

Más diferencias: El enlace Send to del Antiguo se convierte en dos botones visibles en Nuevo: Save, que permite guardar las referencias de esa página (o todas o una selección) en formato Summary, Ris, Abstract o CSV; otro botón Email que permite enviar por correo también una selección de registros de los resultados en formato Summary o Abstract. Para enviar los resultados al Clipboard o My Bibliography o a Collections tenemos que pinchar en el botón con 3 puntitos.

Otra diferencia es el número de resultados que se muestran por defecto en cada página. En el Antiguo se mostraban 20 por defecto, pudiendo variar este número en la opción Per Page, teniendo justo al lado la posibilidad de saltar de una página a otra. En el Nuevo, la opción por defecto es de 10 registros por página y sólo al llegar al final de la página tenemos la opción de pinchar en el botón de Show more para ver los siguientes 10 registros o saltar a una página concreta. Si, por ejemplo, saltamos a la página 8 llegaremos al registro 80 y si queremos ver los anteriores tendremos que navegar de 10 en 10 o volver a elegir el número de página para saltar directamente.

Toda la información del menú lateral derecho del Antiguo desaparece en el Nuevo. Sólo se mantiene el gráfico de Results by year, que en el Nuevo se muestra sólo en la primera página y en la parte superior izquierda de la pantalla, justo sobre los filtros. Un apartado que echo mucho de menos (puede que lo encuentre más adelante, ya que estoy escribiendo el post al mismo tiempo que compruebo los cambios) es el apartado de información de las búsquedas Search Details: cómo Pubmed traduce la estrategia de búsqueda que le hemos lanzado. En el Antiguo se encontraba en el menú lateral derecho. En el Antiguo se encontraba también un apartado con las imágenes que Pubmed había encontrado en PMC sobre el tema de búsqueda. El enlace a gestión de filtros personalizados del Antiguo pasa al Nuevo con el nombre de MyNCBI Filters en la parte superior del menú lateral izquierdo.

Visualización de un registro concreto

Si quisiéramos ver un registro concreto en el Nuevo deberemos pinchar en el título del artículo. Aquí ya vemos la referencia completa del artículo en la revista, todos los autores y podemos expandir para ver su afiliación. También nos muestra el pmid y añade el DOI que en la vista anterior no estaba. Los artículos similares que se perdían en la página de resultados se recuperan aquí justo después del resumen. A la derecha tenemos un menú con los enlaces al texto completo del artículo en fuentes externas, la posibilidad -de nuevo- de ver la referencia en diferentes estilos de citación, nos ofrece una nueva posibilidad: guardar el artículo como favorito (realmente es una colección privada con ese nombre), la opción de compartir el registro en redes sociales y una opción interesante: navegar para ir directamente a las partes interesantes del registro: título y autores; resumen; artículos similares; citado por; tipo de publicación; descriptores Mesh; LinkOut y más recursos. Al final de la página podemos navegar al registro anterior y al siguiente sin necesidad de volver a la página general de resultados.

Búsqueda Avanzada

Llegamos a la parte interesante (además de la diferencia de resultados, que necesito saber qué ha cambiado en el algoritmo de búsqueda de Pubmed para que el número de resultados sea diferente con los mismos datos de partida)

A simple vista, el nuevo diseño es más moderno y parece que más limpio. El orden del historial se invierte, colocando las nuevas consultas al final de la línea, en contraposición al historial del Antiguo que iba colocando las nuevas consultas en la primera línea.

La Query Box, que en el Antiguo estaba en la parte superior, ahora se coloca justo debajo del constructor de búsquedas. Visualmente tiene más sentido. En principio la construcción de queries es igual que antes. En el desplegable se selecciona el campo donde queremos hacer la búsqueda y en el cuadro de texto se escribe el término que queremos buscar. Por ejemplo busco en título/resumen la palabra hypertension y pincho en Show Index para ver cuántos registros existen con esa palabra en esos campos. Oh, sorpresa, no coinciden. En el Antiguo veo que hay 376676 registros mientras que en el Nuevo hay 379812. El segundo término tampoco coincide, así que empiezo a pensar que se han ampliado los campos de búsqueda en el Nuevo Pubmed. Si os fijáis en la segunda imagen, una vez que he lanzado la primera query, en el Nuevo se pinta esa query en la Query box, y se limpia el primer cuadro de texto, mientras que en el Antiguo se sumaba una nueva línea de cuadro de texto al mismo tiempo que se pintaba la query en la Query box. Personalmente este nuevo diseño me gusta más.

El botón Search del Nuevo lanza directamente la estrategia para ver los resultados, pero también nos permite enviar la estrategia al historial con el desplegable que nos ofrece el botón. Veamos el historial de búsqueda en el Nuevo:

Si os fijáis, un poco más arriba os comentaba que ya no teníamos el apartado de Search Details en el menú lateral derecho. Ahora se encuentra integrado en el historial. Para ver la traducción que hace Pubmed de cada estrategia tendremos que desplegar el apartado Details. Ahí vemos cómo mi estrategia diabetes mellitus type 2 la ha traducido como «diabetes mellitus, type 2″[MeSH Terms] OR «type 2 diabetes mellitus»[All Fields] OR «diabetes mellitus type 2″[All Fields]. Es la misma traducción que hace en el Antiguo. Los tres puntitos que se ven justo debajo de Actions permiten añadir esta estrategia a la caja de búsquedas con AND, OR, NOT, permite eliminarla del historial o guardarla en MyNCBI.

Hagamos una búsqueda buscando por descriptor Mesh

Si os acordáis, en el Antiguo se podía acceder a Mesh desde la búsqueda avanzada pinchando en la parte superior: More resources -> Mesh Database. Esta opción ha desaparecido en la búsqueda avanzada del Nuevo. Se puede seleccionar el campo MeSH Terms del desplegable, pero yo quiero poder buscar en el Mesh y ver la información del descriptor. Para esto tengo que volver a la home de Pubmed y buscar el enlace a Mesh Database, situado más o menos en el mismo lugar que en el Antiguo (listado de enlaces en la parte derecha de la pantalla):

La búsqueda por Mesh no ha cambiado, así que hacemos la búsqueda de la forma habitual. Compruebo que recuerda desde dónde he llegado y al lanzar la búsqueda del descriptor en Pubmed me devuelve a la interfaz anterior (Antiguo o Nuevo dependiendo desde dónde hubiera llegado). El número de resultados es el mismo, claro que aquí no hay misterio: sólo me va a mostrar los registros que tienen el descriptor Mesh indicado, no puede variar el número porque no es una búsqueda subjetiva.

Vamos a crear una alerta

En ambos casos nos pide que nos registremos en MyNCBI para poder crear una alerta. Una vez que hayamos accedido, los campos son los mismos, aunque el diseño es diferente:

Haber accedido al perfil personal de MyNCBI nos permite ver también los filtros personalizados que tenemos activos. En el Antiguo se encontraban en la parte superior del menú lateral derecho. Ahora los tenemos en la parte superior del menú lateral izquierdo, sobre los filtros por defecto de Pubmed.

Como veis, es un gran cambio de diseño, pero por los resultados de la búsqueda usando texto libre hay diferencias de resultados. Algunos detalles de diseño me gustan en el Nuevo, pero echo de menos algunas características del Antiguo. Aún siguen haciendo cambios y puede que reviertan decisiones o que hagan más cambios. Si os fijáis, al final de cada ventana, en la parte derecha, hay un botón verde para enviar Feedback. Usadlo sin temor.

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/

Search-a-Thon


Searchathon

Search-a-Thon es el último proyecto en el que me he embarcado. El año pasado empecé a acudir como voluntaria a varios de los hackathones organizados por HackathonLovers. Tras ver cómo funcionaban, decidí, animada por una amiga, intentar hacer algo parecido pero enfocado en mi trabajo. En marzo-abril empecé a darle forma, contactar con posibles colaboradores, buscar patrocinios, preparar la web y en septiembre lo hice público.

¿En qué consiste?

Un hackathon es un evento lúdico y competitivo donde se propone un problema que ha de resolverse por equipos en un periodo de tiempo corto (entre uno y dos días normalmente). En los hackathon el problema se suele resolver con el desarrollo de una aplicación, una web, un algoritmo o un prototipo. La premisa me venía muy bien porque esto es, precisamente, lo que hacemos en una investigación: hay un problema y hay que resolverlo.

Por otro lado, otra de las tareas que hago como bibliotecaria/documentalista especializada en Ciencias de la Salud es la formación de personal sanitario en búsquedas bibliográficas y en gestores de referencias (entre otras cosas).

Así, con la idea del hackathon y con la de las formaciones, decidí unirlas y crear un evento en el que se dieran las dos cosas. El nombre era fácil: search (buscar)-athon (como terminación de marathon). La iniciativa era buena y no me costó conseguir que otros colegas y amigos se unieran a colaborar.

Pero, ¿en qué consiste? Bien, el Search-a-Thon tendrá lugar durante un sábado y parte de un domingo en Madrid (16 y 17 de noviembre de 2019). El sábado comenzaremos con varias charlas y talleres relacionados con la metodología de la investigación, las búsquedas bibliográficas y los gestores de referencias.

Luego formaremos equipos, un máximo de 5 componentes por equipos aunque lo ideal es que sean 4. Estos equipos se intentará que sean multidisciplinares porque en la diversidad es donde encontramos la excelencia. Para mí, el equipo ideal debería contar con perfiles diferentes (medicina, enfermería, bibliotecas, investigación, biología, etc. también estudiantes de cualquier rama biosanitaria) para que los conocimientos de todos se complementen entre sí. Una vez que los equipos estén formados lanzaremos una pregunta o un caso clínico o de intervención. Cada equipo tendrá que desarrollar la estrategia de búsqueda para MedLine (a través de PubMed, por ejemplo), en EMBASE y en Cochrane, descargar los resultados a un gestor de referencias (Zotero o Mendeley) y entregar al jurado una plantilla -las daremos nosotros- con el informe de búsqueda. Durante este tiempo, los mentores estarán dando apoyo a los participantes, resolviendo dudas y guiando. Recordad que el fin último es el aprendizaje, aunque tenga un punto de competición también.

¿Cómo participar?

Es necesario inscribirse y adquirir las entradas. De todas formas en nuestra web tienes toda la información:

Compra tus entradas

Si quieres colaborar pero no puedes participar, se han dejado también unas entradas de donación que ayudarán a llevar a cabo el evento. Contamos con tres patrocinadores pero no nos cubren todos los gastos, así que cualquier ayuda es bienvenida :)

¿Dudas o preguntas?

Puedes escribirnos un correo a info@searchathon.es o darte de alta en nuestra newsletter desde http://searchathon.es

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Libro blanco sobre las partes interesadas en Open Access


La International Society for Medical Publication Professionals publicó hace poco el libro blanco sobre las partes interesadas en Open Access, sobre todo de cara al Plan S que entrará en vigor próximamente. El libro está en inglés pero es fácil de leer:

#20 post invitado: Sci-Hub en las bibliotecas


En el post invitado de hoy participa Elena Pastor, documentalista especializada en Ciencias de la Salud que actualmente trabaja como bibliotecaria en Bibliosalut.com y es parte del grupo de trabajo del canal de Telegram Investiga, que algo queda. Elena, como todas las bibliotecarias del sector, vemos cómo muchos de nuestros usuarios hacen un uso indiscriminado de la web sci-hub, sin saber muy bien en qué consiste, cómo funciona o quién está detrás. En el post de hoy Elena Pastor nos habla de esta web:

Si consultamos la Wikipedia podemos ver que

Sci-hub es un repositorio y página web de más de 62 millones de artículos académicos. Fue fundado por Alexandra Elbakyan, de Kazajistán, el 5 de septiembre del 2011, como reacción contra el alto coste de compra de los artículos académicos.

La propia creadora de esta web, Alexandra Elbakyan, como investigadora de un país emergente como es Kazajistán, no podía acceder a los artículos que necesitaba para sus trabajos, seguramente por falta de medios de su centro, y debido a los precios de los artículos no podía asumir su compra personalmente. Es en ese momento cuando decide crear una web que se saltase los paywall y así poder dar acceso a todo el contenido científico a otros investigadores que, igual que ella, contaban con un acceso limitado a los recursos. Entonces, ¿en qué momento se pervirtió este sistema que ofrecía una visión tan ideal? Pues cuando los profesionales de los países occidentales, los cuales sí podían acceder a los artículos porque sus bibliotecas pagan suscripciones y en muchos casos sí podían asumir la compra personalmente, empezaron a utilizarlo.

Desde hace un tiempo el uso de Sci-Hub por parte de los usuarios lleva por la calle de la amargura a las documentalistas de bibliotecas especializadas porque no les llegamos a hacer entender que no hace falta piratear para poder conseguir los artículos. Tenemos un sistema de préstamo interbibliotecario a nivel español que funciona perfectamente, podríamos decir que es una rueda muy bien engrasada. Además, en algunas bibliotecas, entre ellas Bibliosalut.com, podemos solicitar artículos a otros consorcios europeos como el italiano NILDE o el alemán SUBITO, así que difícilmente damos respuesta negativa a las peticiones: en nuestra biblioteca servimos a nuestros usuarios el 94% de las peticiones totales, durante 2018 sólo un 4,89% fue imposible encontrarlas en otras bibliotecas españolas o europeas.

Muchos de estos usuarios ni siquiera saben cómo funciona Sci-Hub. Este repositorio se nutre de los contenidos que suscriben las bibliotecas, especialmente las universitarias. Colaboradores de este repositorio acceden a las publicaciones a través de las bibliotecas de las universidades y descargan en sus servidores el máximo número de referencias, creando un problema a estos centros porque los proveedores detectan un uso inadecuado de los recursos y cortan esa suscripción, por lo que los investigadores de esa universidad ya no puede acceder. Paradójicamente, muchos acabarán entrando a Sci-Hub para acceder a las referencias a las que tenían acceso antes del pirateo.

Cuando pregunto a los usuarios si conocen cómo consigue Sci-Hub los artículos no lo saben; cuando les pregunto si creen que piratean o lo hacen porque están totalmente de acuerdo con el acceso abierto a las referencias todos dicen, convencidísimos, que sí, que quieren todo en acceso abierto, pero cuál es la sorpresa cuando, si analizamos la producción científica de ese profesional, vemos que no ha publicado ninguno o casi ningún artículo en Open Access. He aquí la paradoja, no queremos a las editoriales y los pirateamos cual Robin Hood pero no salimos de su sistema a la hora de publicar.

He aquí la paradoja, no queremos a las editoriales y los pirateamos cual Robin Hood pero no salimos de su sistema a la hora de publicar.

Muchos usuarios se quejan porque para solicitar un artículo tienen que hacer demasiados clics y eso les quita tiempo. Durante estos meses he tenido que utilizar mi biblioteca como usuaria, estoy en el proceso de redacción de mi trabajo de final de máster y me he dado cuenta de lo maravillosa que es. Cabe decir que no soy una de las que tramitan las peticiones así que no me estoy tirando flores a mí misma. Empecé a hacer las búsquedas y muchos artículos estaban accesibles en Open Access, fui guardándolos en mi gestor bibliográfico y los que no podía tener en ese momento los fui pidiendo. En mi gestor guardé unos 20 ó 30 artículos, tenía que ir leyéndolos, así que no necesitaba los 80 que encontré porque no me los leería al momento. En pocos días tuve todos los artículos que había solicitado a mi biblioteca sin problemas y sin necesidad de piratear nada.

Además, tenemos diferentes sistemas para poder acceder a muchos artículos de forma gratuita y legal, María lo explica en su entrada Acceso al pdf gratuito de forma legal, gracias a complementos como UnpayWall podemos saber en el momento en el que hacemos la búsqueda si ese artículo está accesible porque el candado se pone en color verde, puede que sea el artículo enviado a la revista o el depositado en el repositorio (legal) de turno.

Sabemos que es difícil acabar con el pirateo, pero debemos ser conscientes de que, sea o no lícito el fondo, la realidad es que se está robando y se hace a la propia biblioteca, a la que no llegamos a acceder porque creemos que hay demasiados clics para acceder al texto completo. 

Como usuarios nuestros profesionales deben saber que en la biblioteca:

  • Dejamos de controlar cuáles son sus necesidades. Si no nos solicitan artículos no sabemos cuáles son las revistas que más consultan y, por lo tanto, no podemos pedir que se suscriban.
  • Con la bajada del uso de los recursos de la biblioteca las estadísticas bajan y, sin uso, los recursos tienen que eliminarse. Podéis ver en las estadísticas de nuestra biblioteca cómo ha bajado el presupuesto durante estos últimos años y cómo ha bajado el uso del Servicio de Obtención de Documentos.
  • Las bibliotecas ofrecemos muchas más cosas que acceso a los documentos, pero al no acceder a ella el profesional cree que sólo con el acceso al texto completo le basta, dejan de usar el resto de servicios: formación, atención al usuario, servicio de búsquedas bibliográficas, etc.

En diferentes jornadas y reuniones hemos propuesto otros sistemas para poder acceder a los artículos igual que se hizo en su momento con el pirateo audiovisual, un acceso tipo Netflix será el modelo del futuro y al cual las bibliotecas nos suscribiremos y adaptaremos como hemos ido haciendo durante estos años en los que ha cambiado tanto el modelo de acceso a los contenidos científicos. También irá en aumento la publicación en Open Access.

Si necesitáis información podéis acudir a vuestra biblioteca y os informaremos sobre las diferentes vías. Open Access no significa menos calidad, recuérdalo. Pero, mientras todo esto se pone en marcha y se convierte en una realidad, seguid acudiendo a vuestra biblioteca y si no sabes si tienes pregúntanos y te enviaremos a la de tu comunidad autónoma.

#19 post invitado: Huyendo de la investigación de individuos: los diseños ecológicos


En el post invitado de hoy abrimos las puertas del blog a Daniel Cuesta Lozano. Daniel es enfermero especialista en salud mental, doctor por la Universidad de Málaga, profesor del Departamento de Enfermería de la Universidad de Alcalá y parte del Grupo CUYDET-UAH, Grupo de Investigación en Cuidados y Determinantes Sociales de la Salud Comunitaria de la Universidad de Alcalá. Además de su perfil en twitter podéis seguir su nueva cuenta de Instagram: @daniel_cuesta_lozano

Hablando con él me comentó que estaba preparando una entrada sobre la investigación con estudios de diseños ecológicos. Aquí tenéis el resultado. Espero que os interese tanto como a mí:

Huyendo de la investigación de individuos: los diseños ecológicos

 

Querer vincular resultados en salud de las personas que viven una ciudad con las circunstancias de esa ciudad parece sencillo, si eliminamos el tráfico de coches hay menos atropellos, pero si queremos hilar más fino y encontrar correlaciones, algún patrón causa–efecto o algo así, eso ya es más complicado. La principal razón: lo que habitualmente entendemos como resultados de salud son parámetros individuales y las características de una ciudad solo pueden concebirse de forma colectiva.

 

Javier Segura, médico salubrista, escribió hace unos años La historia de un viaje en tren, un breve relato sobre cómo variaba la mortalidad entre los barrios de Madrid que atravesaba el tren de cercanías desde Colmenar Viejo (en el norte) a Parla (en el sur). Este patrón norte–sur es muy recurrido y diversas publicaciones lo han divulgado, sobre todo a partir del Atlas de Mortalidad de la OMS de 2009 (jamás entenderé por qué recurrimos a la muerte para hablar de la salud). A veces varía, pero siempre encontramos un patrón territorial en la distribución de resultados de salud, ¿acaso todos los enfermos se van a vivir al sur? Una forma de dar respuesta a esta y a otras preguntas, una metodología, es la investigación con estudios de diseño ecológico, uno de los diseños más sencillos y menos utilizados en la investigación en salud por lo limitado de sus mediciones, su susceptibilidad de sesgo y, si me apuráis, la tendencia individualista de nuestra sociedad que hace que nos olvidemos de que vivir en sitios y con gente nos afecta.

Riqueza vs Esperanza de vida

Los estudios ecológicos no analizan individuos, sus unidades de análisis son colectivas. Estudian grupos, barrios, ciudades, etc., y pueden ser atractivos para la investigación si asumimos que la salud del grupo es más que la suma de la de los miembros individuales. Pero su atractivo también reside en la fácil implementación del trabajo de campo: se reduce la recolección de datos, muchas veces recopilados de forma ordinaria por la Administración, y te evitan el muestreo y reclutamiento de los sujetos. Aunque disponer de datos recopilados rutinariamente es una ventaja limitada, porque no decides tú qué variables utilizar y tienes que adaptarte a lo que haya, pero mola mucho que te den los datos ya recogiditos en un Excel, y lo sabéis.

 

Dentro de los estudios ecológicos encontramos varios diseños: los exploratorios, los de grupos múltiples, los de series de tiempo y los mixtos. Os cuento:

 
  • Estudios exploratorios: Comparan tasas entre muchas regiones continuas en un momento concreto, o de la misma región a lo largo de un periodo. Es un descriptivo.
  • Estudios de grupos múltiples: Son los más comunes. Tienen ya un carácter analítico y evalúan la asociación entre los niveles de exposición (promedios) y las tasas de morbilidad, mortalidad o lo que interese.
  • Estudios de series de tiempo. Fácil de deducir: compara las variaciones temporales de los niveles de exposición y variaciones en la frecuencia de una enfermedad, por ejemplo.
  • Estudios mixtos. Combinan dos metodologías: estudios de grupos múltiples con estudios de series de tiempo. La riqueza de los datos es mucho mayor.
 

Aunque a priori puedan molar estos diseños, ojo con hacer inferencias causales con este tipo de estudios. Ya lo advertíamos antes, esa búsqueda de relaciones causa–efecto que tanto nos gusta en ciencias de la salud es difícil de encontrar con esta metodología. Hacer inferencias individuales a partir de estudios poblacionales está feo, y es lo que conocemos como falacia ecológica: aceptar relaciones causales que en realidad son inexistentes partiendo de la base de que los resultados arrojados por un estudio ecológico son extrapolables a contextos individuales. Y no.

Este fenómeno, que tiene que ver con pedir a estos estudios lo que no te dan, o usarlos para lo que no sirven (pídele peras al olmo, a ver) ha llegado a desprestigiar en cierta medida estos diseños, que por el contrario han demostrado ser muy útiles si se utilizan bien.

En 1992, The Lancet publicó el estudio Bobak y Leon Air pollution and infant mortality in the Czech Republic, con un diseño de grupos múltiples que encontró la consistencia en sus resultados que otros estudios diseñados con metodologías individualistas no habían alcanzado. También se utilizó este diseño en 1849 para el estudio sobre el cólera de William Farra y John Snow (sí, se llamaba John Snow), un estudio sobre una enfermedad muy desconocida aún, y que sentó las bases de la epidemiología moderna.

Las limitaciones existen: a la de adaptarte a la información recogida de forma rutinaria está la falacia ecológica (insisto, basta con utilizar estos diseños para lo que sirven y no para otra cosa), y se unen otras que algunos hemos podido experimentar: el nivel de desagregación de los datos no siempre es igual (algunos están por distrito, otros por municipio), y la territorialización que hace cada Administración es distinta (intenta superponer distritos municipales, con zonas básicas de salud, con códigos postales y verás qué risa), las unidades de análisis tienen que ser suficientes (tú puedes querer analizar algo de los distritos municipales de Alcalá de Henares, pero son cinco… cinco datos dan para muy poco análisis, cunden menos de lo que cuestan), etc.

 

Ante estas limitaciones podemos abandonar estos diseños y dedicarnos a estudiar a individuos, concibiéndolos como seres aislados no influidos por nada ni nadie, o podemos pararnos a pensar, leer y formarnos para saber meterle mano a una metodología que nos aporta información sobre aspectos que de otra forma son inabarcables. Yo me apunto.

Cómo detectar revistas depredadoras


Hace unos meses os hablaba de las revistas depredadoras y hoy, a raíz de una conversación surgida en una lista de distribución de bibliotecarios médicos, os quiero hacer partícipes de las estrategias que se pueden utilizar para diferenciar una revista depredadora de otra que no lo es, sobre todo a la hora de enviar un artículo para su publicación. La mayoría de la información que os pongo a continuación proviene de una compilación realizada por Eleanor Truex, bibliotecaria médica de Presence Health’s Lakeshore Region y del Saint Francis Hospital in Evanston (IL, EEUU)

Web sites

Lo primero que tenemos que tener claro es que es a veces no se puede estar 100% seguro de si una revista es depredadora o no. Podemos utilizar la herramienta Think Check Submit, que nos da recomendaciones sobre cómo publicar en revistas que no son depredadoras, y que además está traducida a varios idiomas (entre ellos el castellano).

Otra opción sería tener en cuenta los criterios publicados por Jeffrey Beall en 2015 para determinar los editores open-access depredadores. También podéis consultar el listado de editores creada por Beall o incluso el listado de títulos de revistas en el caso de que no se localice al editor.

Guías de bibliotecas

Algunas bibliotecas universitarias americanas tienen guías que te pueden ayudar en el proceso de distinguir si estás ante una revista depredadora. En esta guía de la biblioteca de la Universidad del Estado de Iowa os explican además por qué es malo publicar en una revista de este tipo.

Pero en España también podemos encontrar iniciativas similares. Desde la biblioteca de la Universidad de Sevilla también nos ofrecen algunas pautas para detectar las revistas depredadoras y poder evitarlas.

Artículos

En este artículo, la tabla número 10 ofrece un listado de características destacadas de las revistas depredadoras potenciales:

  • Shamseer L, Moher D, Maduekwe O, et al. Potential predatory and legitimate biomedical journals: can you tell the difference? A cross-sectional comparison. BMC Medicine. 2017;15(1). doi:10.1186/s12916-017-0785-9
Table 10. Salient characteristics of potential predatory journals doi:10.1186/s12916-017-0785-9

En el siguiente documento de trabajo de Blobaum se propone una checklist para revisar la calidad de las revistas antes de enviar el artículo para su publicación.

  • Blobaum P. Blobaum’s Checklist  for Review of Journal Quality for Submission of Scholarly Manuscripts. Faculty Research and Creative Activity. May 2013. https://opus.govst.edu/faculty/27.

El resumen de este trabajo dice así:

This checklist gives authors a list of quality indicators to assist in the evaluation of journal quality when considering what journal to submit a manuscript to. None of these indicators establish credibility and legitimacy alone, but together may build a body of evidence that will support evaluative judgments. Pay-to-publish models, and charges to publish articles in open-access format have been adopted by legitimate and reputable publishers over time, but the solicitation of manuscripts by new publishers, especially those opaque policies and promising a fast turn around and publication time, and promising peer review have proliferated, and many of these publication venues are questionable at best, unethical to say the least, and minimally, scams. Authors should use caution and consult with librarians and colleagues when considering publication venues.

En este otro artículo de Hoffecker se hace un análisis de la lista de Cabell:

  • Hoffecker L. Cabells Scholarly Analytics. Journal of the Medical Library Association. 2018;106(2). doi:10.5195/JMLA.2018.403

Y ojo con las revistas indexadas en PubMed, ya que algún título de revista depredadora se ha llegado a colar. En este artículo publicado en el CMAJ hablan de ello:

  • Manca A, Moher D, Cugusi L, Dvir Z, Deriu F. How predatory journals leak into PubMed. CMAJ. 2018;190(35):E1042-E1045. doi:10.1503/cmaj.180154

En este artículo publicado en Acta Médica Portuguesa podéis leer más información sobre la crisis de la publicación y las revistas depredadoras:

  • Hanscheid T, Hardisty DW, Henriques SO. The Crisis in Scientific Publishing: A Holistic Perspective About Background Issues Associated with Predatory Publishing. Acta Médica Portuguesa. 2018;31(10):524-526. doi:10.20344/amp.10762

Características de la web del editor

  1. Indexación: si en la web se indica que “algunos artículos han sido indexados en PubMed y PMC” deberían saltar las alarmas. Esto significa que los artículos cumplen con la Política de Acceso Público de los NIH. Mejor busca que la revista se indexe en alguna base de datos reputable como MedLine, Embase, WoS, por ejemplo. Y tampoco es lo mismo que hayan sido catalogados por alguna universidad importante a que hayan sido indexados en bases de datos con criterios de calidad. No, Google no sirve. Google Scholar tampoco. Nota sobre DOAJ: aparecer aquí implica mucho análisis; el proceso es largo y detallado para garantizar que la información que pueda ver un posible autor sea transparente y precisa.
  2. Lenguaje: utilizar “citado” en vez de “indexado”. Por ejemplo: “hay 91 citas de artículos publicados en WoS hasta junio de 2018, lo que implica un incremento de un 122% comparado con las 41 citas hasta junio de 2017”. Aquí, lo que la revista espera es que el posible autor se confunda entre las revistas que son citadas por las revistas de la WOS, y las revistas que son indexadas por la WOS.
  3. Contenido: lee alguno de los artículos publicados en esas revistas: ¿la gramática es buena? ¿indican los autores de dónde son? ¿el método indicado en el artículo es de fiar?
  4. Promesas de publicación: busca el tiempo de respuesta de la publicación: si sólo son unos días, ya tenemos una gran señal de alarma; varias semanas es más realistas, pero aún así arriesgado.
  5. Comité/consejo editorial: busca las credenciales de la junta editorial (verifica algunas en Google) y las afiliaciones. Ejemplo: ¿El dr. John Smith realmente trabaja en la Clínica Mayo?
  6. Tamaño de la editorial: cuenta el número de revistas que maneja el sitio web: ¿el número de editores parece plausible para el número de títulos?
  7. Ubicación de la revista: ¿dónde se encuentra esta revista? Los títulos extranjeros [no anglosajones] son una parte vital de la medicina mundial, pero si no son francos sobre su ubicación, eso es otra señal de alarma.
  8. Coste para el autor: averigua, si puedes, si hay que pagar por publicar y, en caso afirmativo, si la cantidad es exorbitante.
  9. Diseño de la página web: gramática, estructura de las oraciones, frases descriptivas… todo eso pueden ser pistas. ¿Funcionan los enlaces? ¿Existe un apartado de “contacto”? ¿Es transparente quiénes producen la revista? Se aconseja comprobar tanto la “sensación” general del sitio (que no descarta una web falsa hecha profesionalmente) como comprobar algún artículo suelto publicado en esa revista o por ese editor
  10. Contacto: ¿la publicación se ha puesto en contacto directamente contigo como autor? Si es así, señal de alarma. La mayoría de las revistas de renombre están saturadas de solicitudes y raramente son ellas quienes piden artículos.

Al final hay que ser consciente de la cantidad de revistas depredadoras que existen y del daño que pueden causarte como autor, ya que un buen trabajo en el que has invertido esfuerzo, recursos y posiblemente dinero, perderá relevancia o incluso credibilidad al ser publicado en una de estas revistas. Eso si tienes suerte y consigues llegar a alguien, ya que pocas veces tienen repercusión y quienes saben que son depredadoras no suelen citar sus artículos por carecer, por ejemplo, de revisión por pares.

Cuéntanos, ¿también te llegan infinidad de correos electrónicos invitándote a publicar en alguna revista o a enviar tu trabajo a un congreso donde te aseguran que será aceptado inmediatamente?

Cómo detectar revistas depredadoras

El lado divertido de la publicación en revistas depredadoras

Todo el mundo sabe que dentro de la seriedad de la investigación abunda el buen sentido del humor. Por ello no es difícil encontrar ejemplos graciosos relacionados con la publicación en este tipo de revistas:

  • Paper basado en la serie Rick and Morty: en un artículo publicado en varias revistas científicas, Newer Tools to Fight Inter-Galactic Parasites and Their Transmissibility in Zyrgion Simulation (Nuevas herramientas para combatir los parásitos intergalácticos y su transmisibilidad en Zyrgion Simulation), la científica Beth Smith presentó una investigación que describe un nuevo método para combatir los terribles parásitos que viven al implantar falsos recuerdos en sus huéspedes.

Seguramente os hayáis cruzado con algún ejemplo más o incluso hayáis mantenido una conversación vía correo electrónico con algún editor deseoso de publicar vuestro paper inmediatamente y a cambio de una suma importante. Espero que no os queden dudas sobre la importancia de NO publicar en revistas depredadoras. Y recuerda que si tienes alguna duda siempre puedes consultar con tu bibliotecaria de cabecera. Estamos para ayudaros.

Investiga, que algo queda


Si escuchásteis la charla que mantuve en junio con Chema Cepeda en Hackeando la Salud es posible que os acordéis de que comenté que, a raíz de una conversación en Twitter, Iván Herrera, José M. Morán y yo nos habíamos creado un grupo de Telegram con el fin de organizar algo relacionado con la formación en investigación. A raíz de ese podcast se unieron algunas personas más al grupo: Oskia Agirre, Elena Pastor, Pablo Sánchez y Daniel Cuesta. Nuestros perfiles son muy diferentes y ni siquiera nos conocemos todos en persona.

Como pasa siempre que un grupo de gente diferente se une, es difícil coincidir en el tiempo para poder organizar el trabajo. En nuestro caso usamos el grupo de Telegram para dar ideas, comentar nuestra disponibilidad (estamos todos muy ocupados, así que nuestra disponibilidad es muy baja para este tipo de proyectos) y organizarnos un poco el trabajo. No ha sido hasta septiembre que nos decidimos por una metodología concreta que, no obstante, puede variar según cambien nuestras circunstancias.

La idea era hacer algo sencillo y útil para quien estuviera interesado en la investigación. No queríamos centrarnos en un tipo de público concreto, ni poner todos nuestros esfuerzos vitales en el proyecto. Así que la decisión fue: trabajo en grupo, asíncrono y distribuido.

¿Qué queríamos hacer?

Lanzar un canal de Telegram, que es una herramienta de mensajería instantánea del mismo estilo que Whatsapp, pero más versátil y funcional, para publicar mensajes relacionados con la investigación.

¿Cómo lo haríamos? 

Para el trabajo interno, además del grupo de Telegram para comunicarnos, creamos una excel para ir almacenando las noticias, mensajes, post, enlaces, etc. que quisiéramos publicar. Cada fila de la excel es para una noticia y consta de varios campos: fecha de inclusión, título, texto (con enlaces si los hubiere), imagen (opcional). Estos campos se pueden completar desde un formulario que hemos creado para que sea más fácil enviar noticias si estamos desde el móvil, por ejemplo (¡nunca sabes cuándo te va a llegar la inspiración!)

Pero además de esos campos, hemos creado los «importantes»: dos campos para su revisión (cada noticia tiene que ser revisada y aprobada al menos por otros dos componentes del grupo: nuestros mensajes serán peer reviewed), un campo para la fecha prevista de publicación, otro campo con un código de colores para, de un vistazo, saber si está pendiente de ok, listo para su publicación o publicado. También contamos con los comentarios para poder dejarnos notas entre nosotros.

Ninguno tenemos obligaciones con el canal más allá de aportar algo o de hacer de revisor en algún momento. Todos tenemos nuestros trabajos y vidas personales, así que cada uno puede ir a su ritmo. El hecho de ser un grupo de 7 personas nos permite cubrirnos entre todos y no es necesario que estemos todos al 100% siempre. Sólo es imprescindible que la noticia prevista para la siguiente semana esté completa y revisada por al menos dos miembros más del grupo.

¿Y el canal?

El canal, al que podéis uniros desde este enlace, se lanzó la última semana de septiembre con la idea de publicar el primer mensaje en octubre. Para no convertirnos en un canal de spam, decidimos que lo mejor es publicar sólo un mensaje a la semana -los viernes-, que no seguiríamos un orden concreto en la temática de las noticias y que cada uno era libre de dar publicidad al canal en cualquiera de sus redes.

El primer mensaje salió el 5 de octubre y le llegó a 200 suscriptores.

Os dejo aquí el perfil de twitter de cada uno de los integrantes del grupo: @ihpeco, @jmmorang, @oskao, @ElenaPastor, @PauMatalap, @CuestaLozano y yo: @bibliovirtual

Para suscribiros al canal (es necesario tener instalado Telegram en el móvil):

https://t.me/investigamos
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